viernes, 24 de julio de 2020

Las pesqueras de Novillas


         Las anguilas (Anguilla anguilla) son unos peces teleósteos del orden de anguiliformes de cuerpo alargado cuya longitud puede superar los 130 centímetros llegando a alcanzar más de 6 kilos de peso. Su ciclo vital es sorprendente, dado que viven en los ríos pero van a desovar al mar, a diferencia de los salmones que, desde la mar, ascienden por los ríos, para efectuar su puesta.




         Pero, lo más fascinante es que los ejemplares adultos para aparearse y desovar efectúan un recorrido de cerca de 5.000 kilómetros hasta el mar de los Sargazos de donde nunca regresarán. Sí lo hacen las crías o larvas que, impulsadas por las corrientes marinas vuelven a los ríos, de donde procedían sus progenitores, y allí sufrirán la metamorfosis que las convertirá en adultos.




         El mar de los Sargazos es una zona del Atlántico con una extensión superior a los tres millones de kilómetros cuadrados en la que se acumulan las algas que le dan nombre, las cuales se mantienen a flote merced a unas vejigas que se aprecian muy bien en esta última fotografía. Fue descubierto por Cristóbal Colón en su primer viaje, quedando sorprendido por la presencia de lo que interpretó como “plantas”. La ausencia de vientos y las propias algas constituían un serio obstáculo para la navegación a vela, por lo que dio lugar a numerosas leyendas, algo lógico pues todavía sigue llamando la atención a los que, en la actualidad, navegan por sus aguas.



         El Ebro era uno de los ríos en los que vivían las anguilas que ascendían y descendían por su cauce hasta que la construcción de presas constituyó un obstáculo insalvable. Ello propiciaba el que hubiera personas que se dedicaran a su pesca, cosa que se sigue haciendo en el delta.

         También los había en Novillas, donde para capturarlas clavaban con la ayuda de pontones unos postes en el río en los que tendían las redes, aprovechando las épocas en las que el caudal era menor. Cuando las anguilas descendían quedaban atrapadas en las redes.



         Desde allí eran trasladadas a las “pesqueras”. Se trataba de unos receptáculos cuadrangulares construidos junto a un manantial que les proporcionaba el agua necesaria para que allí pudieran conservarse las anguilas hasta su venta, como si se tratara de una piscifactoría.





         En Novillas llegó a haber varias, de las que sólo se conserva una, cuyas imágenes nos ha facilitado D. Guillermo Carranza Alcalde. Tenían una puerta y unas pequeñas escaleras. Sobre estas pesqueras, nombre con el que eran conocidos esos espacios, publicó un artículo D. Carlos Heredia en el nº 24 de la revista Gaiteros de Aragón, donde también hacía referencia a la pesca de los ejemplares jóvenes que remontaban el río durante su retorno lo que, en este caso, se realizaba con anzuelos. Allí se señala que las anguilas capturadas podían superar, algún año, los 500 kilos, siendo vendidos a 4 o 5 pesetas el kilo, aunque en Navidad el precio era mayor, dada la costumbre de consumir en esas fechas angulas que son los alevines de la anguila.

No hay comentarios:

Publicar un comentario