Pedro Domínguez Barrios nos ha enviado unas bonitas fotografías del pilar de la Santísima Trinidad de Magallón, con la iluminación nocturna con la que ha sido dotado tras su restauración por el Ayuntamiento de esa localidad. Nos remite también una serie de datos muy interesantes sobre el mismo.
Su planta es hexagonal
irregular, aunque también podría decirse triangular con los vértices
achaflanados, simbolizando así a la Santísima Trinidad. No tiene forma de
prisma recto, sino troncopiramidal, de forma que su planta disminuye conforme crece
su altura; aunque esto no se aprecie muy bien a simple vista. En la parte alta de cada
una de sus facetas tiene un cajeado: dos iguales en las caras pequeñas, que
alojaban sendos azulejos de los cuales se conserva uno, y otro de mayores
dimensiones en la cara principal que alojaba un relieve alusivo a la Santísima
Trinidad, por desgracia perdido.
A
partir de estos, el pilar acentúa drásticamente su forma de tronco de pirámide,
conformando el remate, hasta la base de la cruz de forja que lo corona, cruz de
extremos apuntados con volutas en sus ángulos (existen una veintena de este
tipo entre las sepulturas de tierra del cementerio, la mayoría de 1900 a 1920).
En
su día todo él estuvo encalado en añil, o azulete aragonés, pues aún se
aprecian restos tanto en las gradas como en el fuste. En cuanto al acabado de la obra, se aprecia perfectamente una
diferencia de tratamiento entre las piedras de las gradas (desbaste y talla) y
el fuste, (abujardado) bastante más fino y homogéneo, se aprecian de cerca los
microcráteres dejados por esta herramienta. El acabado abujardado deja la
piedra más clara, y uniforme, eliminando las tonalidades de las vetas.
Desconocemos
exactamente su cronología, pero a juzgar por el único azulejo original
existente tenemos que datarlo en el siglo XIX. En el azulejo original
conservado en una de sus facetas menores, bajo una representación de la
Santísima Trinidad, puede leerse: “A devoción de Constantino Tolosa y de
Lorenza Manero y de sus hijas “, con lo cual queda claro el artífice del pilar,
y orientativamente su fecha de construcción, basándonos para ello en la fecha
de nacimiento de sus hijas.
Constantino Tolosa era el bisabuelo paterno
de Constantino Barrios Irriera, quién con actitud ejemplar, restauro el pilar
al quedar destrozado por un camión (el fuste monolítico quedo fragmentado en
dos) y construyó una réplica en su finca junto a la plaza de la Dula; las hijas
de Constantino y Lorenza eran ocho: Micaela (1840), Dionisia (1845), Agustina
(1847), Marcelina (1850), Mª Pilar (1856), Mª Dolores (1859), Mª Concepción
(1861), y Marta Serafina (1865). Con lo cual y según la inscripción del
azulejo, el pilar lo construyó Constantino Tolosa iniciada la segunda mitad del
siglo XIX, presumiblemente nacidas ya todas sus hijas, dedicado a ellas, y
orientado a la ya inminente carretera
Nacional-122.
A
falta de documentación histórica más exhaustiva, la diferencia citada entre la
piedra de las gradas y el fuste, incita a pensar que éstas podrían haber sido reutilizadas; (sabemos que
en la plaza del castillo se ubicaba la Cruz de Término (símbolo de jurisdicción
civil) y que esta, es de suponer tendría su basamento de piedra, o bien que el
pilar existía ya con anterioridad a 1840, y que la intervención de Constantino
Tolosa, fuese una remodelación, aprovechando las gradas y creando el fuste, de
ser así, el pilar original estaría girado unos 180 grados, es decir con su
fachada principal mirando al primitivo camino que entraba a Magallón por la
calle Santa María. Sea como fuere, lo importante es la recuperación de este
bellísimo pilar incorporado por Constantino Tolosa al patrimonio artístico de
esta villa.
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