Cuando publicamos el libro Pilares votivos, no aparecía en él ninguno ubicado en el término municipal de Ainzón. Sin embargo, al visitar recientemente la Torre de Campos, hemos podido constatar la existencia de uno, vinculado con un curioso suceso.
Porque
fue allí donde el propietario de la torre acabó con una loba que causaba
estragos en la zona. Mandó disecar al animal que conservó en su casa de Ainzón,
la cual llegó a ser conocida como la “Casa de la loba”, hasta que finalmente
fue trasladada a la torre, donde se puede ver bajo la mesa de su biblioteca,
donde posó su actual propietario D. Severino de Llanza que fue quien nos mostró
el pilar y otros elementos de la torre, hoy convertída en excelente alojamiento
rural.
El
pilar, levantado en el lugar donde fue muerta la loba, está formado por
elementos reutilizados. Su fuste lo forman cuatro piezas calizas de forma
rectangular. Pero lo que nos llamó la atención fue el remate.
Por
una parte, en lo alto se encuentra lo que parece ser un fragmento de una lauda
medieval, con la cruz patada en el interior de un círculo. Pero, bajo ella, hay
otro elemento de procedencia desconocida en el que, a pesar de su deterioro, se
advierten bajorrelieves grabados en algunas de sus caras. El más visible es el
de una figura humana que parece empuñar una azada. Merecería la pena un estudio
arqueológico más detallado.
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