Entre
las postales que recientemente hemos recibido, cuya publicación iniciamos ayer,
hemos encontrado ésta que tiene un interés especial. La imagen era conocida e
incluso aparece en la obra de fotografías antiguas de Borja, aunque recortada
pues procedía de una publicación en la que fue utilizada.
Pero al estudiarla, nos hemos percatado que en el ángulo inferior derecho aparece el sello en seco de Juan Mora (se puede apreciar sobre el vagón estacionado), lo que viene a demostrar, de manera inequívoca que fue el autor.
El
hecho de que, al mismo tiempo, hayamos recibido otra igual, aunque sin el
sello, nos viene a indicar que toda la colección es obra del citado Juan Mora.
Ya nos había extrañado que un hombre que tantas fotografías había tomado en numerosas
localidades aragonesas, no hubiera dedicado especial atención a la ciudad en la
que inició su andadura fotográfica. Ahora vemos que no era así y estas fotos
constituyen la prueba más elocuente de ello.
La
imagen no ofrece únicamente detalles de la estación del ferrocarril de Cortes a
Borja con esa locomotora nº 2 a punto de partir, sino que ofrece una visión de
las murallas del Cinto cuando todavía se mantenían en pie, en gran medida.
Nos ha
gustado mucho esta otra, cuya identificación dejamos a la sagacidad de quienes
nos leen. Desde luego es Borja, aunque el aspecto del edificio (que aún
subsiste) y de su entorno sean ahora muy diferentes, como lo era también ese
modo de vida que permitía a los niños jugar en la calzada y a los mayores
sentarse plácidamente a la puerta de sus casas. Estamos seguros de que sabrán a
qué zona de la ciudad corresponde.
Y
terminamos hoy con esta vista de la plaza de San Francisco en el que la fachada
del palacio de los Mañas había desaparecido, aunque el remate del lucernario de
su gran escalera aún se advierte sobre los tejados de esas dos casas pintadas
de blanco que se adaptaron a los volúmenes de aquel edificio monumental.
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