Como ya habíamos comentado, antes de salir para Francia, estuvimos en la Gala del Turismo de Aragón que este año tuvo como escenario al Parador Nacional de Turismo de Alcañiz, dado el carácter rotatorio de las mismas, por lo que cada año tiene lugar en una provincia diferente.
Estuvo presidida por el Consejero de
Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón D. Manuel Blasco Marqués, junto
con el Director General de Turismo D. Jorge Moncada Iribarren y el Alcalde de
Alcañiz D. Miguel Ángel Estevan Serrano, entre otras muchas autoridades autonómicas,
comarcales y locales.
Entre los galardonados se encontraba el Director Gerente de la
Fundación Santa María de Albarracín, D. Antonio Jiménez Martínez, a quien le
hizo entrega de la Medalla al Mérito Turístico el propio Consejero, destacando
la labor que viene realizando en pro de la recuperación del Patrimonio Cultural
de esa ciudad.
En sus palabras de agradecimiento, D. Antonio
Jiménez (con el que compartíamos el acto) trasladó el reconocimiento al formidable
equipo de personas con que cuenta la Fundación, así como al Patronato de la
misma que es quien fija las directrices de este proyecto modélico, cuya fama ha
traspasado nuestras fronteras y es objeto de atención en muchos países.
Junto con Antonio Jiménez fueron
distinguidos con Medallas el Festival Folklórico de los Pirineos y, a título póstumo
el hostelero Emilio Lacambra, propietario de “Casa Emilio”, a título póstumo.
También recibieron placas al Mérito Turístico Ultramarinos La Confianza, el
Grupo Aragonés Empresarial Costa, el Hotel Viñas de Larrede, Basilicus
Espacios, Fundación Cook and Chef Institute, El Gastrónomo Zaragozano,
Hotel Mas de Cebrián, La Torre del Visco y Hotel Palacio de La Marquesa.
Después del acto, el Consejero ofreció
una recepción en uno de los salones del Parador, antiguo castillo calatravo, en
la que no faltaron las jotas, personajes vestidos a la usanza medieval y, por
supuesto, el excelente jamón de Teruel.
Antonio Jiménez, con el que compartimos
toda la jornada, fue objeto de atención por parte de los medios de comunicación,
recibiendo también numerosas felicitaciones, llegadas desde los más diversos lugares.
A pesar de todo, aún pudimos disfrutar de las instalaciones del parador, antes de emprender viaje, en la mañana del día siguiente, hacia Francia, tras recoger a Tomás Celiméndiz y lograr salir de Alcañiz, algo no demasiado sencillo (desde el Parador) por la dificultad que entrañan sus accesos.
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