Libros recibidos 669

 

         Desde nuestro ya lejano regreso de Venecia, habían quedado relegadas dos obras que adquirimos allí. Ambas están en español, algo no excesivamente frecuente, dado que cuando visitamos muchos de los monumentos de la ciudad, encontramos muchas dificultades para encontrar guías en nuestro idioma, a pesar de que las había en otros muchos. Tuvimos que contentarnos con las hojitas fotocopiadas que sí existían en los diferentes templos.

         Pero, entre las que conseguimos fue la de la basílica de Santa María Gloriosa dei Frari, un templo que estaba muy cerca de nuestro alojamiento y que siempre que lo hemos visitado nos ha parecido fascinante.

         Erigida por la Segunda Orden de San Francisco, impresiona por la belleza de las numerosas obras de Arte que atesora, comenzando por el Tiziano de su altar mayor, pero también por los monumentos escultóricos adosados a sus muros, entre los que destacan los dedicados a tres de los dux que gobernaron la Señoría y a otros personajes relevantes, generales de mar y condotieros, así como la llamativa pirámide del mausoleo del escultor Canova.

         Otra guía que pudimos conseguir es la de la basílica de Santa María de la Salud, un templo votivo erigido por el Senado de la Señoría, pidiendo a la Virgen que cesara la gran epidemia de peste que asoló la ciudad en 1630.

         Levantado a orillas del Gran Canal, llama la atención por las dos estancias que conforman su planta, la mayor de ellas cubierta por una gran cúpula, sobre un espacio de planta octogonal. En la fachada principal, una gran escalinata desciende hasta el canal, dando la impresión de que el templo emerge de sus aguas.

         Venecia es un gran museo integrado por los numerosos templos que se alzan por muchos de sus rincones. Casi imposible de abarcar para los visitantes apresurados, es preciso dejarse sustraer por el encanto de recorrer sus calles y adentrarse en cualquiera de ellos, para paladear reposadamente la gran cantidad de obras de Arte que atesoran.

         Santa María de la Salud es un ejemplo de ello, tanto por las numerosas esculturas de su exterior e interior, como por los lienzos de grandes maestros que decoran la nave y otras estancias. La guía nos ayuda a interpretar todo aquello que no pudimos alcanzar en nuestro recorrido.