Seguimos reseñando los libros que figuraban en el último envío de la Institución “Fernando el Católico”. Uno de ellos era el relativo a las IV Jornadas sobre Investigación en Historia de la Fotografías. 1839-1939: un siglo de fotografía, publicado en su colección “Actas”.
Coordinado por José Antonio Hernández
Latas, reúne las aportaciones realizadas a la cuarta edición de esas
importantes jornadas, celebradas en octubre de 2021, cuya crónica corre a cargo
de Jep Martí Baiget.
La ponencia inaugural, a cargo de Juan
Miguel Sánchez Vigil, trató sobre “Clásicos e inéditos. Fotógrafos de la Guerra
de África (1909-1927)”. Otras ponencias fueron “Los orígenes de la fotografía
en Galicia” (Carlos Castelao); “Fotógrafos británicos del siglo XIX en España y
Portugal” (Rachel Bullough Ainscough); “Cámaras de espía: un paseo por la
tecnología discreta” (Francisco Boisset y Stella Ibáñez); y “Postales de
América, 1895-1915. La tarjeta postal en Iberoamérica” (Carlos Teixidor
Cadenas). La ponencia de clausura, a cargo de Lee Fontanella, trató sobre “Medio
siglo de viaje fotográfico.
Junto con el texto de esas ponencias,
el libro ofrece el de las 25 comunicaciones que fueron presentadas, cuya reseña
no podemos efectuar, así como las presentaciones de las obras Cabañas de
cristal. Galerías de retrato y estudios de fotografía en España y Álbum:
Recuerdos de la expedición a Canfranc y al pantano de la Peña (1908).
Fotografías de Leopoldo Alonso.
Dentro de la colección “Estudios” ha
sido publicada la obra de Luis Lezáun Martínez de Ubago que lleva por título Génesis
de los enlaces ferroviarios de Zaragoza. Del puente de La Almozara a la estación
de Campo Sepulcro y el apeadero de La Industrial Química.
Prologado por nuestro compañero Alfonso
Marco, ofrece en sus 368 páginas una amplia y minuciosa visión del complejo
proceso de la realización de los enlaces ferroviarios en la capital aragonesa,
que supuso la construcción de un puente metálico, uno de los primeros que, en
España, utilizaron la técnica del aire comprimido para su cimentación; y la creación
de una estación que llevó el nombre de “Campo Sepulcro”, inaugurada en 1896 y
clausurada en 1972.
El autor pertenece la primera promoción
de ingenieros industriales surgidos en la Universidad de Zaragoza, donde se
graduó como doctor en 1991. En la actualidad es catedrático de Escuela
Universitaria en el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Escuela de
Ingeniería y Arquitectura, habiendo demostrado a lo largo de su trayectoria
como investigador un especial interés sobre los temas ferroviarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario