Esta tarde, a las siete y media, nuestro compañero el Dr. D. Antonio Gil Albarracín pronunciará una conferencia en la ermita de la Alcazaba de Almería, sobre “Una fortaleza milenaria o casi bimilenaria”.
El acto, organizado por la asociación
de “Amigos de la Alcazaba”, en colaboración con el Conjunto Monumental de la
Alcazaba de Almería, se inscribe dentro del ciclo “La Alcazaba que queremos”, que
tiene como objetivo un mejor conocimiento, valoración y difusión de ese
importante conjunto monumental, su entorno y la ciudad con la que ha compartido
más de mil años de historia.
La Alcazaba de Almería, fortificación situada sobre una
colina paralela al mar que llega a alcanzar cerca de un centenar de metros, es
el emplazamiento que ha mantenido activa la defensa de la ciudad surgida a sus
pies a lo largo de toda la historia. Tradicionalmente se afirmó que su origen,
y el de la misma ciudad, era islámico, pero excavaciones arqueológicas
realizadas en la última década, aún pendientes de su adecuada difusión, han
acreditado un origen romano de la fortaleza y la misma ciudad.
Noticia extraordinaria que retrasa casi un milenio el origen
de la ciudad y de su fortaleza defensiva. Desde el siglo XII en adelante se
conserva una extraordinaria planimetría que permite conocer su evolución
durante la mayor parte de su historia, en que ha mantenido su función militar,
reactivada en las postrimerías del siglo XV, tras la incorporación a la corona
de Castilla, con la construcción de un moderno fuerte artillero, que renovó su
capacidad defensiva.
Avanzado el siglo XX, obsoleta la fortificación para albergar
funciones militares, fue declarada monumento en 1931 y una década más tarde
comenzaron unas actuaciones contradictorias, sin estudio histórico científico,
ni seguimiento arqueológico. La Alcazaba fue sometida a un desescombro bárbaro,
a reconstrucciones historicistas, a labores de embellecimiento y a trabajos de
mantenimiento, a menudo perjudiciales para la misma. El siglo XXI ha mejorado
los criterios y las líneas de actuación, pero la Alcazaba de Almería aún carece
de plan director razonable, tras el rechazo de lo redactado hasta ahora, que
realce sus valores y oriente la gestión y actuaciones en el futuro, hecho que
debería de ser subsanado lo antes posible.
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