Con la traca final, de la que no tenemos imágenes,
finalizaron las Ferias y Fiestas de Borja que han transcurrido en un ambiente
sumamente agradable y con excelente tiempo, salvo el primer día.
Ayer, de nuevo, la salida de los Gigantes y Cabezudos volvió
a reunir a una multitud de personas, demostrando que nuestra comparsa
constituye uno de los principales atractivos de estas celebraciones.
Como
era de esperar, se repitieron las carreras de los niños delante de los cabezudos
y el que más disfrutaba citándolos es ese pequeño ecuatoriano que en la imagen
se encara con la baturra y que el día anterior, protagonizó atrevidos recortes.
Pero
la salida de los gigantes no sería posible, al menos con la brillantez actual,
sin esos voluntarios que los llevan y, por supuesto, sin el concurso de la
Agrupación Musical Borjana y sus pasodobles, al son de los cuales son bailados
magistralmente.
A las
dos de la tarde, en el parque de San Francisco, fue servida la comida a las
peñas, a la que también asistieron los integrantes de la charanga que ha
alegrado estos días. Excelente ambiente el que pudimos constatar bajo los
frondosos árboles de nuestro parque. Claro predominio de jóvenes peñistas que
dieron buena cuenta de la ensaladilla rusa, la paella y el postre que componían
el menú.
De
vuelta pudimos recorrer ese improvisado zoco que se instala en el paseo Valentín
Ruiz Aznar y que, a los de más edad, nos recuerda aquellos puestos que, en las
antiguas ferias, se disponían en unas casetas de la plaza de España (no
llegamos a conocerlas) o en cañizos colocados en ese mismo lugar y en el
entorno de la plaza de San Francisco. Esos sí los vimos y la oferta no era muy
diferente a la de los modernos puestos.
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