En los
cuatro artículos anteriores, referidos a la evolución del patrimonio
arquitectónico de Magallón, hemos destacado algunas actuaciones importantes
llevadas a cabo en los últimos años. Hoy cerramos esta serie con un comentario
sobre las pérdidas sufridas por un conjunto de edificios que configuraban uno
de los cascos antiguos de mayor interés de nuestra zona.
Es
evidente que el aspecto de la población ha mejorado sustancialmente como puede
constatarse al comprobar en antiguas fotografías las condiciones que presentaba
el pavimento de sus calles. Pero, el conjunto urbano de la villa contaba y
sigue contando con un elevado número de edificios que le confieren especial
interés, con predominio de muestras relevantes de la arquitectura de los siglos
XVI y XVII, que no han sido objeto de la atención que merecían, sino que por el
contrario han sido demolidos en muchos casos y recreados con nuevos materiales,
dando origen a una tipología singular que, incluso, se ha hecho acreedora a una curiosa denominación.
Sin
duda, uno de los espacios más relevantes es el de la plaza del Mercado, con sus
soportales y los corredores tendidos sobre las estrechas callejuelas por las
que accede. Ya en el pasado desapareció el que conducía a la calle de Santa
María (la antigua morería) y, posteriormente, fue derribado el de la calle
Goya.
La construcción de este edificio, en la
segunda mitad del siglo XX, ya tuvo una gran incidencia sobre el conjunto de
la plaza.
Pero,
seguía presidiendo la plaza este espectacular edificio que, en su parte
posterior, estaba constituido por la unión de dos fachada de gran interés, en
uno de cuyos extremos se conservaban los restos de un antiguo palacio, con una
piedra armera de alabastro, el cual fue derribado cuando se amplió el acceso a
la calle de Santa María, eliminando ese paso al que antes hemos hecho
referencia.
Todo
ello desapareció para construir la nueva Casa Consistorial que, a
primera vista, puede parecer un edificio rehabilitado pero que nada tiene que
ver con lo preexistente.
Aunque
en estos artículos nos hemos centrado en los edificios de titularidad pública,
el caso de Magallón es tan relevante que queremos hacer alusión también a
algunas actuaciones privadas como la que tuvo como protagonista a este bello
palacio de la calle de Santa María, rehabilitado por sus propietarios. El
resultado, respecto a su fachada principal es muy aceptable en términos
generales.
Sin
embargo, llama la atención la eliminación de una parte del mismo, como puede
comprobarse al comparar esta imagen con la primera de las anteriores.
Más
llamativo es el caso de este otro palacio, cuyo acceso primitivo se encontraba
en la calle de los Giles, con la piedra armera de los Sancho de Borja, a los
que había pertenecido, y otra interesante fachada a la calle Goya.
El
edificio fue demolido y, en su solar, se levantó este otro en el nuevo estilo,
ubicando el acceso principal en la calle Goya en cuya fachada se colocó la
piedra armera que, inicialmente, estaba en la calle de los Giles.
No es
nuestro propósito, por ahora, efectuar un análisis detallado de la situación
del patrimonio arquitectónico de Magallón en manos privadas, pero quedemos
mostrar otros dos ejemplos del proceso de sustitución que se producido con
algunos edificios de interés.
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