La
casa palacio de la familia Francés, situada en la calle Mayor, ha cobrado
actualidad tras el anuncio de una próxima intervención en ella. De ahí, nuestro
interés en recordar el interés arquitectónico e histórico de ese edificio.
Los
Francés fueron una familia de hidalgos establecida en Borja, al menos desde el
siglo XIV, cuando está documentado el matrimonio de Jaime Francés, en 1480, con
Violante de Vera, perteneciente a la familia propietaria de la Casa de las
Conchas.
En la
capilla de San Felipe del claustro de la colegiata de Santa María se conserva
el enterramiento de un miembro de la misma, “Antón Francés, mayor”, cuya lauda
sepulcral es el testimonio más interesante conservado del antiguo templo
medieval.
En esa
lauda aparecen las armas de la familia con esa flor de lis que usaron las
distintas ramas de la misma. Aunque extinguida en nuestra ciudad, existen
descendientes de la misma y, como informamos en su momento, hace algún tiempo
se puso en contacto con nosotros Dª.
Pilar García Durán, licenciada en Psicología por la Unviersidad Complutense y
descendiente de D. Martín Francés, la cual tuvo la amabilidad de remitirnos el
estudio realizado sobre 500 años de su historia familiar.
Los
Francés, como hemos indicado, tenían su casa solariega en la calle Mayor. Este
edificio conserva elementos de tanto interés como sus antiguas ventanas
(rasgadas posteriormente para acondicionarlas como balcón), cuyas
características son similares a las que había en la Casa de las Conchas,
lamentablemente desmontadas durante la primera restauración y rehechas de forma
muy diferente, aunque se conservan los elementos decorativos que las integraban
y que el D. Javier Ibarguen, arquitecto redactor del excelente proyecto de
restauración de ese monumento, quería reponer.
Ahora,
el artista borjano D. Jorge Andía Ruiz ha dibujado un boceto del estado
original que presentaba la casa de los Francés, al que sólo podemos oponer el
reparo de que las jambas de piedra de la portada principal llegaban hasta el
arranque del arco de ladrillo y los vanos de su planta inferior estaban
cerrados con rejas, como en la Casa de las Conchas.
Las
ventanas y las rejas están documentadas, aunque las transformaciones posteriores
del edificio las hayan hecho desaparecer, pues fue en una de esas rejas donde,
en la noche del 14 de septiembre de 1615, D. Diego de Vera y Torrellas, el joven
señor de Majones, sorprendió hablando con una de las hijas de los Francés a D.
Jerónimo de Aguilar y a D. Francisco San Gil, también muy jóvenes, trabándose
una pelea que, aunque inicialmente se saldó con la huida de los galanes, sus
consecuencias fueron trágicas, dado que al día siguiente, los San Gil, los
Aguilar y los Jordán, todos ellos emparentados, tendieron una celada en la
plaza del Mercado a D. Diego de Vera, asesinándole alevosamente. Este es el
hecho que terminó convirtiéndose en la leyenda de la madre de la víctima que,
supuestamente, había perdonado a los agresores, cosa imposible dado que ya
había fallecido.
En
aquel momento, lo que ahora algunos presentan como un incidente entre
muchachos, en el proceso judicial del que se conserva copia impresa en el
archivo de la colegiata, fue calificado como “uno de los casos más feos y
atroces, y con la mayor traición y alevosía que pudiera suceder en un caballero
tan principal”. Pero, de todo ello, ya nos hemos ocupado tanto en nuestro Diccionario Biográfico como en la obra Crímenes ejemplares.
Este
es el boceto de Jorge Andía de uno de los vanos de la planta noble del
edificio. Da la coincidencia que esa ventana fue utilizada como logotipo por la
desaparecida Asociación de Amigos de la ciudad de Borja y su comarca.
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