Por
una Orden del 17 de abril de 2006, el Gobierno de Aragón declaró “Bien de
Interés Cultural” más de 500 castillos y elementos de arquitectura militar, entre
los que se incluía la “torre de Magallón”, como “Conjunto de Interés Cultural.
Zona Arqueológica” que, de esa manera, se convertía en el segundo BIC de la
localidad.
Pero,
comoquiera que en la declaración no se efectuaba una delimitación de los bienes
objetos de la misma, se planteaba una duda, ya que podía hacer referencia a
torreón islámico, hoy convertido en caseta de campo, pero que conserva varias
hiladas de sillares y es un monumento de gran interés, o a la propia torre de
la iglesia parroquial. Por ello, nos dirigimos entonces al Dirección General de
Patrimonio, solicitando una aclaración sobre dicha declaración sin que
obtuviéramos respuesta, aunque es probable que el Ayuntamiento de Magallón
tenga datos precisos sobre esta cuestión.
La
duda era razonable dado que se hablaba de “torre” y no de “torreón”, por lo que
cabía la posibilidad de que se tratara de la actual torre campanario de la
iglesia parroquial que es un elemento perteneciente al antiguo castillo, aunque
al ser declarado como “Zona arqueológica”, parecía descartarlo. En cualquier
caso, esta torre quedó incluida en la declaración como BIC de toda la iglesia
parroquial, a finales de 2017, aunque como “Monumento”.
Porque,
por un Decreto de 19 de diciembre de 2017, el Gobierno de Aragón declaró “Bien
de Interés Cultural”, en la categoría de monumento, a la Iglesia de San Lorenzo
Mártir, atendiendo a la solicitud presentada por el Ayuntamiento de Magallón.
Era algo que veníamos reclamando desde hace tiempo, dada la importancia del
monumento y, en su tramitación, prestamos toda nuestra colaboración.
Ya en
el Inventario realizado por el Ministerio de Cultura en 1979, se proponía su
declaración como “Monumento Histórico Artístico de carácter nacional”, aunque
la situación del templo, en aquellos momentos, era muy diferente de la actual,
dados los problemas estructurales que siempre ha presentado, ocasionados por
las características del terreno sobre el que se asienta.
Desde
entonces, han sido varias las intervenciones encaminadas a su consolidación y
restauración, entre las que podemos recordar las de la actual cabecera del
templo que estuvo a punto de derrumbarse.
Otra
de ellas fue el micropilotaje practicado bajo el antiguo ábside que presentaba
grietas alarmantes por efecto del deslizamiento de la ladera. El problema se
solucionó momentáneamente, aunque el terreno sigue siendo inestable.
A
algunos de nuestros lectores que no conocen las características de este templo
puede sorprenderles que hablemos del antiguo ábside. Pero es que, en este
lugar, se levantó un templo medieval, construido en piedra que, bien porque no
llegara a terminarse o por resultar dañado en la guerra de los dos Pedros, se
terminó en ladrillo. Correctamente orientado hacia el Este, cuando en el siglo
XVI se construyó el actual, fue reorientado hacia Poniente, algo inusual en los
templos cristianos, quedando la antigua cabecera a los pies, siendo utilizada
como coro.
El
resultado final fue esta magnífica iglesia de planta de salón que, tras el
largo proceso de restauración, presenta este espectacular aspecto que mereció
la declaración de BIC.
Junto
a su valor arquitectónico, destaca la colección de retablos barrocos que
también fueron restaurados, aunque los trabajos se llevaron a cabo antes de
pintar todo el interior de la iglesia, lo que no dejó de afectarlos.
Adosada
a la iglesia se encuentra la capilla en la que se venera, bajo un baldaquino,
la imagen del Santo Cristo con la Cruz a cuestas, Patrón de la villa, que fue
levantada en época posterior.
Si
algo se echa en falta en el monumento es un museo en el que se puedan admirar
las jocalias y obras de Arte que conserva, entre las que destaca una tabla
gótica de San Lorenzo y una casulla bordada con corales, a las que podrían
sumarse las tablas góticas procedentes de la ermita de San Sebastián de la
Loteta.
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