Hace
pocos días dimos cuenta de la donación al Centro de Estudios Borjanos de un
interesante conjunto documental sobre la última etapa del ferrocarril de Cortes
a Borja, a través del cual se puede constatar las dificultades para mantener
una línea, con un precario trazado de vía estrecha y un material ya obsoleto.
En
1950, el tráfico ferroviario había quedado reducido a un tren que salía de
Borja a la una y media de la tarde, para regresar a las cinco y media. El servicio de viajeros se prestaba
con dos ómnibus, los famosos autovías, que salían de nuestra estación a las
6,15 de mañana y a las 19,30, por la tarde.
Seguir
prestando servicio con un ferrocarril de juguete era imposible, por lo que
todas las ilusiones estaban puestas en la reconversión del trazado en vía
ancha. Se había hecho ya con el de Tarazona a Tudela (lo que no evitó su cierre
posterior) y, para ello, se movilizaron todos los recursos disponibles y se
recurrió al Ministerio de Obras Públicas, desde diversas instancias. Todo ello
fue acompañado por artículos publicados en algunos medios, como El Noticiero, en el que, en diciembre de
1955, apareció uno que firmaba Enrique Torres, enviado especial del diario
madrileño YA, en el que abogaba por
esa reconversión. D. Enrique Torres Vázquez fue un destacado periodista
madrileño, vinculado a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y a
otras organizaciones confesionales que colaboró en un muchos medios de comunicación.
Perteneció a la redacción de la Agencia Logos y fue técnico de información
diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores. Visitaba Borja con
regularidad y colaboró en muchas gestiones que le fueron solicitadas. Falleció
en Madrid en julio de 1967, a consecuencia de un infarto de miocardio. No hemos
llegado a precisas su vinculación con nuestra ciudad y no pudimos incluirlo en
nuestro Diccionario Biográfico.
De
nuevo El Noticiero, formulaba la
pregunta sobre si sería transformado nuestro ferrocarril, en un artículo
firmado por “C. de Fuentazán”, del que desconocemos otros datos. Para entonces,
los representantes de nuestra ciudad se habían entrevistado con el Ministro de
Obras Públicas (lo fue, entre 1951 y 1957, D. Fernando Suárez de Tangil, al que
sustituyó D. Jorge Vigón). No sabemos cuál de ellos fue el protagonista de la
anécdota que narraban a su regreso. Tras exponerle sus deseos, el Ministro les
hizo ver la imposibilidad de actuar en una vía con un trazado de 18 kilómetros
y 8 estaciones. Tenía el ministro sobre la mesa una maqueta de una de las
potentes locomotoras que acababa de adquirir y, señalándola, les dijo: Si la
pongo en su línea no llega a Cortes, porque no podría alcanzar la potencia
requerida con tantas paradas, dando por finalizada la entrevista con una frase
que molestó profundamente a los borjanos: “Lo que ustedes necesitan no es un
tren, sino un tranvía”.
Tras
meses de incertidumbre en la que no faltó una gran manifestación en la que todo
Borja, incluidos los niños del colegio y las escuelas se concentraron ante la
estación, al grito de “Tren sí, coche no”, de la que se hizo eco aquella noche
Radio Pirenaica, calificándola como el primer levantamiento de una ciudad
contra el régimen, llegó la circular nº 6 de RENFE por la que, el 10 de marzo
de 1959, se anunciaba la suspensión definitiva del ferrocarril que había sido
inaugurado en 1889. “Hasta me da pena leer esto” escribió en el impreso la
persona que lo conservó, D. Mariano Oliveros. No le faltaba razón porque el
pequeño tren había dejado de existir.
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