El
pasado martes, Heraldo de Aragón publicaba
una noticia alentadora: el proyecto de catalogación de todos los olivos “milenarios”
de las comarcas del Bajo Aragón y el Matarraña, que se prolongará durante dos
años, habiendo ya comenzado por los de cuatro localidades de la cuenca del
Mezquín.
Desde
este blog nos hemos ocupado en diversas ocasiones de la importancia que, como
patrimonio natural, tienen los olivos de esa antigüedad, de los que en nuestra
zona existen abundantes ejemplares.
En este
sentido, dimos la noticia de la solicitud solicitud presentada, presentada en
día, por D. Adrián Gracia Balaga, residente en Ainzón, para que se procediera a
la declaración de Conjunto de Interés Cultural a los existentes en una finca,
propiedad de su familia, sita en la partida de la Peñazuela, en la que se conservan más de 180 olivos de gran
antigüedad, 42 de los cuales pueden superar los mil años. A raíz de ello, se
iniciaron investigaciones, dentro de la información incoada por el Gobierno de
Aragón sin que hayamos llegado a conocer el resultado.
Hace
pocos días, durante la Semana Sociocultural de Ambel fue programada una visita
a algunos de los excepcionales ejemplares que se conservan en ese municipio,
pero los hay también en otros.
Como
es el caso de Magallón o de Borja, donde destaca la llamada estaca de Puyal. De
ahí que, tan pronto como leyó la información del Heraldo, Pedro Domínguez Barrios nos recordará la necesidad de hacer algo similar en nuestra zona. Desde luego, es una empresa ineludible, a pesar
de su complejidad, pero el Centro de Estudios Borjanos está dispuesto a prestar
toda su colaboración o liderar el proyecto, dado el interés del mismo.
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