Don
Fernando Castellot Lamelas nos ha enviado esta imagen del resultado final de la
restauración del pilar de San Miguel, situado a la entrada de Santuario de Misericordia,
que fue encomendada por el M. I. Ayuntamiento de Borja a la empresa Metopa de
Zaragoza.
El resultado no puede ser más afortunado, habiendo devuelto todo se esplendor a este monumento que, como todos los peirones y cruces de término, tiene la consideración genérica de Bien de Interés Cultural.
Son muchos
los existentes en Aragón, la mayor parte de ellos de ladrillo, aunque también
los hay de piedra y en nuestra zona son de piedra sillar los de San Antón y San
Gregorio, en Bisimbre; el del Maco en Borja; y el de la Santísima Trinidad en
Magallón.
Pero
el caso del pilar de San Miguel es especial, ya que puede ser considerado una
obra mayor, fruto del diseño de un profesional y de una cuidada ejecución, que
lo convierten en uno de mejores de nuestra comunidad.
La
actuación del Ayuntamiento no ha podido ser más oportuna ya que el pilar se
encontraba en muy mal estado y prácticamente “ahogado” entre las construcciones
que habían ido surgiendo en su entorno.
Porque,
en su origen, estuvo aislado, al final de la cuesta del llamado camino viejo
que, hasta la construcción de la carretera fue el único acceso al Santuario.
Esta fotografía de principios del siglo XX muestra ya el deterioro que
presentaba entonces y la pérdida de una parte del moldurado del hueco inferior,
donde está sentado el personaje que lleva un libro en la mano. Posiblemente por
ese motivo no se ha querido reponerlo en la restauración.
Ahora
sólo queda que, en algún momento, podamos descubrir datos acerca del momento en
que fue construido, a quien se debió la iniciativa y el nombre del maestro que
lo realizó.
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