D.
José María Otero Navascués (1907-1983) fue una de las personalidades
científicas más destacadas del pasado siglo, cuya vinculación con Borja creemos
interesante recordar. La familia Navascués, originaria de Cintruénigo se había
establecido en nuestra ciudad, donde poseía un hermoso palacio en la plaza del
Mercado. D. Carlos Navascués de la Sota fue Diputado a Cortes por la circunscripción
de Borja y fue el creador y primer Presidente de la empresa Central de Añón
S.A. cuya acta fundacional se firmó en su casa de Borja.
Una hermana suya, Pilar Navascués de la Sota contrajo matrimonio con D. Santiago Otero Enríquez, marqués de Hermosilla, de cuya unión nacieron tres hijos: Julio, José María y Delia. Julio y Delia vivieron largas temporadas en Borja, siendo mucho menos frecuente la presencia de José María.
En
enero de 1924 había ingresado en la Escuela Naval de San Fernando, como
Aspirante del Cuerpo General de la Armada. Posteriormente pasó al del Cuerpo de
Ingenieros de la Armada en el que llegó a ser promovido al empleo de
Contralmirante Honorario, tras su pase a la reserva.
Pero
la personalidad científica del que también fue marqués de Hermosilla, tras el
fallecimiento de su hermano Julio, alcanzó especial relieve en el ámbito
nacional ya que fue Presidente de la Junta de Energía Nuclear y de otros muchos
organismos. También logró un destacado reconocimiento internacional
materializado mediante su nombramiento como Presidente de importantes Comités.
Hace
tiempo que conservábamos en nuestro archivo alguna de sus publicaciones pero,
últimamente, hemos puesto especial empeño en completarlas. Ahora, hemos
conseguido el número 2 de la revista Futuro
Presente que acababa de fundar Vintila Horia, dedicada a la Cibernética y
Futurología, temas que le interesaban especialmente, aunque desde un punto de
vista científica. Para un dossier sobre Werner Heisenberg que incluía ese
número, le pidió a José María Otero una semblanza del ilustre físico.
Werner
Heisenberg (1901-1970) fue un gran físico alemán que recibió el Premio Nobel de
Física en 1932 por su contribución al desarrollo de la Física Cuántica. Durante
la II Guerra Mundial había trabajado en el desarrollo de la bomba atómica en
Alemania siendo objeto de controversia que el proyecto no alcanzara el éxito,
lo que para algunos fue debido a errores de cálculo y para otros a un
deliberado intento de evitarlo.
Otero
Navascués fue alumno de Heisenberg en la universidad de Berlín-Charlottenburg
y, en 1949, contactó con él en Göttingen para que accediera a formar a
científicos españoles que iban a trabajar en la Junta de Energía Nuclear, lo
que aceptó de buen grado.
Invitado
por José María Otero el ilustre físico viajó en varias ocasiones a España para
impartir conferencias y compartir la amistad con nuestro personaje que lo
definía como “prototipo del investigador, clarividente, amable, sin ambiciones
personales y pensando únicamente en sus colaboradores y discípulos y en la
influencia benéfica de la comunidad científica internacional en los problemas que
tanto dividen hoy a la humanidad”.
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