domingo, 28 de febrero de 2021

La procesión más antigua de la Semana Santa borjana

 

         En el recorrido que vamos a efectuar, tal como prometimos, por los distintos elementos que configuran los desfiles procesionales de Borja, queremos iniciarlo con la más antigua de la procesiones de nuestra Semana Santa: la que tiene lugar en la tarde del Jueves Santo que es la más antigua de las que existen actualmente.

         Los datos conocidos sobre la misma se han visto acrecentados por la labor investigadora del Dr. D. Alberto Aguilera Hernández quien ya dio a conocer algunos de sus hallazgos documentales en el programa de la Semana Santa de 2019.

         No sabemos si antes de 1621 existió alguna procesión (es probable que sí), pero fue en ese año cuando la cofradía de la Sangre de Cristo dejó constancia de la organización de esta procesión que, por entonces, se llamaba de la Vera Cruz.

         Esa cofradía había sido fundada en la colegiata de Santa María en 1589 y, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares, en sus ordinaciones no aparece ninguna referencia a que se encargara de sepultar a los fallecidos por muerte violenta ni a los ejecutados, aunque posteriormente, sí existen citas relacionadas con esta misión a cargo de la cofradía de San Antón con la que, de alguna manera, se refundió la de la Sangre de Cristo.


         Desde el primer momento, los pasos o “insignias” (nombre con el que eran conocidos) representaban los cinco Misterios Dolorosos del Santo Rosario, aunque en 1621 no desfiló el del Ecce Homo que fue adquirido posteriormente.

         Esta procesión, la única que durante un tiempo existió en Borja, era fuente de constantes conflictos que incluso ocasionaron muertes, razón por la cual las autoridades civiles se vieron obligadas a intervenir como veremos en otro artículo. Pero, también lo hicieron las autoridades eclesiásticas y los obispos prohibieron determinadas prácticas asociadas a la misma, como arrojar dulces y confituras a los que participaban en la procesión, así como el dar de comer y beber.


         Tenía, por lo tanto, más de carácter festivo que penitencial, a pesar de que tomaban parte en ella las primeras autoridades de la ciudad, así como las del año anterior (el Justicia y los jurados se renovaban anualmente) con puestos estrictamente asignados en el desfile procesional.


         Comoquiera que las alteraciones prosiguieron, otro obispo ordenó que se celebrara a las cuatro de la tarde y que no entrara en los templos. Lo de la entrada tiene explicación, dado que el sentido de esta procesión que ha sido conocida con los nombres de “los Cristos” o de “los pasos”, se detenía en todas las iglesias de su recorrido para efectuar una estación ante el monumento (había siete en Borja), entrando en el templo dos de los pasos, el de Cristo a la Cruz a Cuestas y el de Cristo Crucificado, con el sacerdote que la preside. En artículos posteriores veremos el significado de cada uno de sus pasos y las cofradías que los tienen encomendados.



La incorporación de las bandas de las cofradías de San Juan Evangelista y de San Sebastián y la Verónica para acompañar a la procesión tuvo lugar en época reciente, a pesar de lo cual ha llegado a consolidarse y formar parte del desfile.






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