Aunque D. Raúl Utrilla nos había adelantado ya su artículo, es ahora cuando hemos recibido el nº 15 de la excelente revista que edita el Centro de Estudios de la Tierra de Ágreda y el Moncayo Soriano en cuya portada, figura en esta ocasión un hermoso paraje que hemos intentado alcanzar, sin conseguirlo, ascendiendo por las orillas del pantano del Val.
Hemos
de agradecer a D. José Florencio Sanz Córdova las cariñosas referencias a
nuestro Centro en el editorial que vienen a poner de manifiesto las excelentes
relaciones que existente entre ambas instituciones culturales.
Nos
alegra sobremanera la calidad que, desde sus inicios, ha alcanzado esta revista
cuyos contenidos despiertan siempre un especial interés para nosotros.
En
esta ocasión, además del artículo sobre fray Julián Garcés que ya comentamos,
queremos hacer mención al análisis que de la obra de Gustavo de Maeztu, “Los
novios de Vozmediano” realiza Igor Cacho Ugalde, un joven investigador con el
que mantenemos una especial relación.
Pero,
en la revista, hay mucho más: Jesús Hernández Jiménez aporta su contribución al
estudio del habla de la Tierra de Ágreda; Carles de Escalada escribe sobre “Dos
de Serón en el robo de Beratón” que, en gran medida, viene a complementar otro
artículo aparecido en el número anterior.
“El Centenario de la Sociedad de Baldíos de Ágreda” es objeto de
atención por parte de Francisco Javier Palacios Moya en un documentado trabajo.
Ana Puyuelo Hernández trata sobre “La devoción al Rosario en Ágreda”, localidad
en la que también hay un Rosario de Cristal, integrado por 60 faroles, varios
de ellos monumentales, que desfila el viernes, víspera del día de la Virgen de
los Milagros, desde 1901.
Fernando
López Sáinz nos sorprende dando a conocer los magníficos documentos conservados
en el Archivo Histórico Parroquial de Ágreda, mientras que María Reyes Omeñaca
Hernández hace lo propio con sus noticias sobre la Aduana de Ágreda y la
censura de libros que allí se efectuaba a finales del siglo XVIII.
El
sumario se completa con un oportuno artículo de Pilar Ruiz Cacho sobre la
incidencia en Ágreda de la gripe de 1918 y otro de María Consolación Campos Martínez
sobre la corta vida de la calle Hospital Viejo que terminó siendo absorbida por
la calle Sebastián Logroño.
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