domingo, 8 de enero de 2023

Finalizó la restauración de la fachada de la iglesia de Bulbuente

         En la mañana del Día de Reyes estuvimos en Bulbuente, para ver el resultado final de las obras de restauración de la fachada principal de la iglesia parroquial de esa localidad. Al regresar, con las imágenes que habíamos tomado, nos encontramos con que Luis Zueco nos había enviado también otras (con menos sombras) y con las fotos de ambas procedencias hemos elaborado este reportaje. 




         La obra, como ya informamos en su momento, ha sido realizada por la empresa Piedra Casbi S. L. por un importe de 54.204,32 euros, dentro del Plan de Rehabilitación de edificios de titularidad eclesiástica, promovido por la Diputación Provincial, el colaboración con el Obispado de Tarazona y el Ayuntamiento de Bulbuente.

Los trabajos, llevados a cabo con minuciosidad, han permitido mejorar de manera muy llamativa el aspecto de la fachada, como puede advertirse al comparar las imágenes anteriores con esta última, correspondiente al estado anterior a la restauración.



         En un artículo anterior, comentamos que buena parte de la fachada estaba realizada con el aparejo conocido como “tapia valenciana”, muy utilizado a partir del siglo XVI. Es una tapia de tierra, mezclada con cal, en la que se insertan ladrillos, separados y dispuestos a tizón, en hileras. Se ha tratado muy bien en la restauración y se ha mantenido asimismo, las diferencias con el aparejo de ladrillo utilizado para el recrecimiento de la nave del templo y para la construcción de la capilla de la Virgen del Rosario.



         Se ha solucionado el problema del vertido de aguas de las cubiertas con bajantes de cobre que, en su parte inferior, han quedado protegidas con hierro, para evitar su deterioro.



         La pena ha sido que, por motivos presupuestarios, no se haya podido actuar en la cabecera de templo donde, por cierto, se aprecia muy bien ese recrecimiento de la altura de la nave, al que antes hicimos referencia, llevado a cabo por el maestro Juan de Arizábal, por encargo del abad de Veruela (del que dependía la localidad), en el siglo XVI tras la conversión de los moriscos.

         Tras la restauración de la torre y, ahora, de la fachada principal, queda pendiente la de la cabecera y la fachada posterior, para la completa rehabilitación de esta iglesia en donde se espera el retorno, algún día, de la tabla gótica tras la suplantación de la que fue objeto durante el proceso de restauración (en el siglo XX) y que está a la espera de resolución judicial, mientras permanece depositada en el museo diocesano de Zaragoza (Alma Mater).


 

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