Hemos comenzado el año con la desagradable noticia del robo perpetrado en la ermita de la Virgen del Puy de Mallén. Este interesante templo, del que nos hemos ocupado en diversas ocasiones, está situado al final de un paseo arbolado no muy lejos del casco urbano de la localidad. Restaurada hace algunos años y urbanizado su entorno es un agradable lugar con una fuente vinculada a una de las leyendas locales. Además de ser centro de atracción de la devoción a esa advocación mariana, de origen francés, el entorno de la ermita acoge diversas manifestaciones culturales.
Los datos que vamos a ofrecer acerca de
lo acontecido proceden de varias fuentes, pero no disponemos de información
oficial, ni tenemos conocimiento, a la hora de redactar estas líneas, de que se
haya interpuesto la correspondiente denuncia.
Al parecer, los autores del robo
lograron abrir la puerta de madera de la ermita, forzando el pequeño ventano
que hay en ella y, a través del mismo, lograron descorrer el cerrojo. Una vez
en el interior, salvaron el obstáculo que representa la verja metálica que
divide el interior de la nave, “ensanchando” el espacio existente entre dos
barrotes.
En esta fotografía se ve muy bien el
hueco practicado y de la forma en que ha quedado, parece desprenderse que, para
esa maniobra fue utilizado un gato mecánico. Algunos de nuestros informantes
nos sugerían que, dada la estrechez de la abertura, tenía que haber intervenido
algún niño o joven delgado. Pero, la forma de operar, requiere la participación
de personas mayores.
En cuanto al botín y los daños
ocasionados no tenemos datos precisos. De las informaciones recogidas, parece
que la actuación delictiva se centró en la sacristía que apareció en completo
desorden y en donde parece ser que sustrajeron un cáliz con su patena y algún
otro elemento decorativo.
En la base de datos que disponemos,
creada a raíz de la realización del inventario del Patrimonio Artístico
Religioso de Mallén, no figura ninguna jocalia asociada a la ermita, pero en la
iglesia parroquial fueron inventariados y fotografiados cuatro cálices. Es posible
que el robado sea uno de ellos. Si así fuera y lo confirman, tenemos a
disposición de las autoridades esas fotografías.
A pesar de la violencia, los daños no
parecen ser extremadamente graves pero el hecho en sí suscita preocupación.
Desde los duros tiempos en los que una o varias bandas organizadas recorrían
Aragón y nuestra zona, cometiendo robos por encargo o sin él, este tipo de
actividades delictivas había remitido. El que ahora resurjan en Mallén nos debe
alertar ante la posibilidad de que surjan casos parecidos en nuestro entorno.
Es necesario investigar lo ocurrido para intentar establecer si es obra de
delincuentes locales que de “reventar” pisos han dado un salto cualitativo (un
robo sacrílego lo es) o ha surgido una banda organizada más peligrosa. En
cualquier caso, se requiere estar atentos al camino recorrido por lo robado,
pues un cáliz sólo puede terminar en manos de peristas o comerciantes
desaprensivos en España o ¿fuera de España?
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