martes, 10 de enero de 2023

Nos salvamos por escasos minutos

 

         Ayer, el hundimiento de otra casa en la calle de Coloma de Borja nos sobresaltó. Pocos minutos antes habíamos pasado por ese lugar, dado que es el trayecto que realizamos habitualmente para llegar a la Casa de Aguilar y, por otra parte, por esa calle circulan numerosos vehículos y peatones. Los primeros, sin apenas justificación, pero para las personas es casi un lugar de paso obligado.


         No sin dificultades pudimos dejar constancia gráfica de lo acaecido y del dispositivo montado, con la participación de bomberos, Guardia Civil, Policía Local y autoridades. Más tarde, vimos a miembros de la Guardia Civil con perros especializados en la búsqueda de personas atrapadas. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales, pero la casa contigua (que está habitada) tuvo que ser evacuada por el riesgo de derrumbe que presentaba y su estado será evaluado por los técnicos.

 


         Quienes siguen nuestro blog recordarán que, cuando en 2018, fue demolido el edificio contiguo ya avisamos de los riesgos que entrañaba y, también advertimos que los puntales que se habían instalado mostraban signos de excesiva presión, al quedar parcialmente doblados.

 

Se colocaron más, pero ha resultado insuficiente y, como si fuera un castillo de naipes, ha caído el siguiente edificio y podrían caer más por ese efecto dominó al que estamos asistiendo en el casco antiguo de Borja, sin que, desde hace tiempo, se haya hecho nada por paliar tan grave situación.

El muy reciente derrumbamiento de la calleja del Rey; los anteriores de la calle Mayor; la plaza del Olmo o la situación del entorno del Cinto y de la zona de la Corona y Sayón, son algunos de los puntos críticos de la tragedia que se cierne sobre un casco antiguo que puede llegar a convertirse en un solar, salpicado de algunos edificios “salvados”. 



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