A D. Francisco Fernández de la Cigoña le ha sorprendido conocer que el cardenal D. Vicente Casanova y Marzol combatió como teniente de Caballería en la última guerra carlista. Lo cuenta en su popular blog, basándose en un interesante relato de D. Natalio Rivas que viene a matizar algunos aspectos de lo que nosotros conocíamos.
Porque, la participación del ilustre
purpurado (nacido en Borja el 16 de abril de 1854) como oficial carlista en la
tercera de las guerras era un dato conocido en su ciudad natal, especialmente
entre los miembros de su familia.
Lo dimos a conocer en nuestro Diccionario
Biográfico, donde señalamos que había alcanzado el grado de capitán por
méritos de guerra, así como su pesar porque en el bando gubernamental luchaba
su primo D. Manuel Casanova (futuro veterinario y propietario de la casa de la
plaza de Santa María 10), dado que ambos se profesaban un especial cariño.
La noticia del blog “La Cigüeña de la
torre” se basa en la información publicada recientemente por el órgano del
Círculo Tradicionalista “General Carlos Calderón”, a partir de lo que relató,
como hemos señalado, el destacado político y escritor español D. Natalio Rivas
Santiago (1865-1958) que, militando en las filas del Partido Liberal, llegó a
ser Diputado a Cortes y Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, entre otros
importantes cargos.
A pesar de su ideología liberal mantuvo
una gran amistad con otro personaje relevante, el carlista D. Juan Vázquez de
Mella, en cuyo domicilio tenía lugar una tertulia en la que conoció a D.
Fernando Galetti que, en la guerra, había sido capitán de un escuadrón de Caballería,
integrado por voluntarios de Aragón.
En ese escuadrón, no demasiado
numeroso, sirvió como teniente el futuro cardenal que, al inicio de la guerra,
tenía 18 años. Según las informaciones familiares, ya estaba cursando estudios
eclesiásticos en el seminario de Zaragoza, pero no dudó en abandonarlos para
defender sus ideales. En aquellos momentos, era rey de España D. Amadeo I pero,
tras la proclamación de la I República, el conflicto se recrudeció.
Al finalizar la guerra, Galetti se
exilió, al negarse a reconocer a la monarquía de Alfonso XII, como hicieron otros
oficiales carlistas, merced a lo cual llegaron a alcanzar altos puestos en el
Ejército español. De D. Vicente Casanova, destacaba su deseo de proseguir su
carrera eclesiástica, llegando a ser obispo de Almería y posteriormente
arzobispo de Granada y cardenal.
De nuestro ilustre paisano afirmaba el
que fue su capitán que “combatió durante toda la contienda con admirable heroísmo”,
acogiéndose después a la amnistía para poder terminar sus estudios.
El capitán Galetti que regresó a España
mucho tiempo más tarde, le comentó todo esto a D. Natalio Rivas quien manifestó
su extrañeza por el hecho de que no hubiera acudido a saludar a su antiguo subordinado,
ya cardenal. Galetti pensaba que revelar la condición de antiguo guerrillero de
D. Vicente o el hecho de visitarle pudiera perjudicarle, pero D. Natalio
consiguió vencer su resistencia y, con cierto temor, viajó hasta Granada.
En el antedespacho del cardenal presentó
su tarjeta y, muy poco después, le fue franqueado el acceso, encontrándose con
la sorpresa de que D. Vicente, de pie en el centro de la estancia, se llevaba
la mano a la sien y le saludaba con un “A la orden, mi capitán”, para abrazarlo
seguidamente. Fue una entrevista sumamente emotiva en la que el cardenal le
refirió que lo había creído muerto, por lo que había rogado mucho por su alma.
Todo lo comentado aparece más extensamente
relatado en la obra Anécdotas y narraciones de antaño, de D. Natalio Rivas, que
inmediatamente hemos encargado. Por otra parte, nos ha servido para precisar el
empleo militar alcanzado por el cardenal, pues el saludo a su antiguo capitán
revela claramente que estuvo a sus órdenes como teniente.
Nota: Junto a las imágenes de D.
Vicente Casanova que forman parte de nuestros fondos, los lienzos reproducidos
son obra de ese gran pintor de batallas que es Augusto Ferrer-Dalmau.
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