Uno de nuestros lectores, encontrándose en la estación de autobuses, se percató del hundimiento producido en la cubierta de la conocida como “iglesia del hospital” que fue la del antiguo convento de capuchinos, de la que fue titular la Divina Pastora que se exhibe en la sala VIII del Museo de la Colegiata.
Nos ha enviado estas fotografías en las
que se aprecian los daños, de los que ya teníamos noticia pues fue uno de
nuestros dilectos colaboradores quien, al reparar una antena, se percató de lo
sucedido, dando aviso inmediato.
Nos han comunicado que ya ha sido
realizada una primera inspección para evaluar los daños y la forma de repararlos
(no demasiado sencilla), por lo que esperamos que, con prontitud, se adopten
las medidas necesarias para salvar un monumento importante, a pesar del estado
de abandono en el que se encuentra sumido desde hace tiempo, siendo utilizado como
almacén municipal.
Comoquiera que, en las circunstancias
físicas en las que nos encontramos actualmente, no queremos polemizar,
evitaremos los comentarios referidos al complejo asunto de su propiedad (sobre la que incluso hay una sentencia del Supremo) y al destino final de los fondos que, hace años, fueron concedidos para la
reparación del tejado, que nunca llegó a efectuarse.
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