D. Javier Bona López, siempre interesado por las cosas de Maleján, motivos no le faltan, nos ha remitido varios artículos relacionados con esa localidad. Uno de ellos es el que hoy reproducimos que apareció en La Voz de Aragón el 3 de agosto de 1930, firmado por D. Emilio Alfaro Lapuerta, colaborador del citado periódico por aquellas fechas.
Aunque aún no había construido la bonita
“torre” que alzó más tarde a los pies de Maleján, es posible que ya hubiera allí
un edificio anterior y la proximidad a ese peculiar municipio le impulsara a
resaltar las muchas bellezas que tiene.
En este artículo resalta el
pintoresquismo del llamado “balcón de Maleján” desde el que se divisa una hermosísima
panorámica del valle del Huecha, aunque añora el pretil de obra que había donde
ahora se encuentra la verja que lo cierra.
Junto con unas pinceladas sobre la
fuente del Cerezo, relata con bastante precisión lo acaecido con el famoso arco
islámico, destruido por su propietario. Menciona a la publicación de una imagen
del mismo por D. Manuel Alhama Montes, en su revista Alrededor del mundo,
donde firmaba con el seudónimo de “Wanderer”, aunque Alfaro lo transcribe como “Banderer”.
Lo que no menciona son las razones por
las que llegó hasta Maleján D. Manuel Alhama, cosa que dedujimos del contenido
del artículo que, con el título de “La cuna aragonesa de los Borgia. Unos días
en Borja”, le trajo hasta aquí de la mano de su amigo D. Joaquín Alfaro. Fue,
en ese artículo en el que dio a conocer el famoso arco, a través de una
fotografía tomada en la que se llamaba la “casa de la bruja”.
Javier Bona nos ha destacado las fotografías
que ilustraban el artículo de Emilio Alfaro, entre ellas la de este nutrido
grupo de “mozos” y “mozas”, junto a la fuente del Cerezo. Por cierto, la palabra
“mozo” no tiene en todas partes el mismo significado. En este sentido, recuerdo
que, encontrándome en la República Dominicana, un buen amigo de aquel país me pidió
una fotografía del barco para su hijo, un niño de corta edad, pero listo y vivo
como pocos. Cuando el padre leyó mi dedicatoria su enfado fue monumental y,
desde entonces, nuestras relaciones se enfriaron notablemente. Había escrito: “Con
el deseo de que, cuando vuelva a Santo Domingo, seas ya un buen mozo”, a lo que
el padre replicó airado afirmando que su vástago nunca sería un criado.
Pero, es esta otra imagen la que nos ha
interesado de manera especial, pues refleja una faceta del urbanismo musulmán
que ha perdurado en Maleján, que nosotros tardamos en descubrir.
Fue, en mayo de 2017, cuando tras una visita
a la Peña “El Zorongo” de Maleján publicamos esta fotografía del estrecho
callejón, cerrado con puerta, al que se abren varias viviendas y el local de la
citada peña. No es el único ejemplo de este sorprendente ejemplo de urbanismo
medieval, pues en Bulbuente se encuentran los llamados “gallizos” de características
similares, a los que ya nos habíamos referido en 2016. Ambos casos, por su
interés merecerían ser objeto de declaración monumental y de medidas
encaminadas a su rehabilitación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario