Hace tiempo que las jardineras existentes en algunas calles no presentan el mismo aspecto que antaño, debido a la forma en que últimamente se ha venido llevando su cuidado y reposición. A pesar de ello, no han faltado desaprensivos o desaprensivas que han robado las plantas.
Algunas personas bien intencionadas argumentaban
que el destrozo era producido por los gatos, pero estos animales no dejan las
marcas circulares de las macetas robadas o las dejan a medio extraer. Es la
falta de civismo de algunas personas la que provoca estas situaciones que nos
cansamos de denunciar, sin que podamos concebir la esperanza de que cesen, en
algún momento.
Otro tanto podemos decir de las
pintadas. Un espacio tan céntrico y emblemático, como el que refleja la imagen,
ha vuelto a ser mancillado por la estupidez de un joven, consciente de que nunca
recaerá sobre él el peso de la ley.
Todo esto es lamentable y mucho más lo es el que mientras que los que pintan suelen ser personas de corta edad, quienes roban las plantas son adultas y podemos asegurarlo porque las hemos visto, decorando incluso las ventanas de su casa con las plantitas que acababan de sustraer.
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