La voladura de la central térmica de Andorra ha venido acompañada por la polémica. Ha habido quienes consideraban que la prisa en destruir todos los elementos de la central obedecía al deseo de impedir que, en algún momento, pudiera volver a ponerse en marcha, como ha ocurrido en otros países.
Hubo otros que defendieron la
permanencia de su chimenea, como manifestación relevante del Patrimonio
Industrial de Aragón. Con sus 343 metros era, además, la construcción más alta
de nuestra comunidad. Pero, a pesar de la campaña emprendida por varias
asociaciones, nada ha podido impedir que, cerca del mediodía de ayer, fuera
finalmente derribada.
265 kilos de explosivos fueron necesarios
para que el encargado de la demolición, Luigi Erbi, pusiera el punto final a
una central que ha estado en servicio durante 40 años. Pero, este triste final
ha servido para lanzar una voz de alerta sobre el estado en el que se encuentra
el Patrimonio Industrial aragonés y Heraldo de Aragón llamaba la atención
sobre el “menguante inventario” de chimeneas. Por ello, hemos querido revisar
cuál es la situación en la zona sobre la que proyecta su acción el Centro de
Estudios Borjanos.
En 1912 fue inaugurada la azucarera que
estuvo en funcionamiento hasta 1984. Como otras instalaciones similares del
valle del Ebro su construcción respondió al auge experimentado por el cultivo
de la remolacha, tras la pérdida de la isla de Cuba y sus producciones de caña
de azúcar.
Conservamos en nuestro archivo imágenes
de la azucarera cuando la falta de rentabilidad del cultivo de la remolacha había
provocado su práctica desaparición y el cierre de la fábrica.
La mayor parte de sus instalaciones
fueron demolidas y el espacio se convirtió en puerto seco o “campa de Luceni”
donde se almacenan miles de automóviles, presididos por la gran chimenea que se
tuvo el acierto de mantener.
No ha ocurrido lo mismo en Gallur donde, desde 1904, se
encontraba la azucarera “Ntra. Sra. de Pilar” que, tras diversas vicisitudes,
terminó convertida en almacén para la remolacha que, procedente de diversos lugares,
era transportada después a Alagón por ferrocarril. Se cerró definitivamente en
la década de los años 60 del pasado siglo y, en 1972, la Cooperativa de
Viviendas de San Antonio consiguió que se derribara la fábrica para construir nuevas
casas, lo que nunca se llevó a cabo.
Quedó en pie, momentáneamente, su
chimenea (no tan espectacular como la de Luceni), aunque finalmente fue volada,
como muestran estas fotografías que D. Carlos Gracia Casado colgó en la página
del Centro de Estudios Galluranos.
En Borja existió otra chimenea destacada,
donde hoy se levanta la urbanización “Marreque”. Era la de una fábrica que, en
su última época, fue propiedad de la firma “Industrias DOR S. L.”, donde se
elaboraba sulfuro de carbono, un producto altamente tóxico que se utilizaba en
determinados procesos industriales, como el de la fabricación de seda
artificial. De ahí, que desde Borja se transportara, en los bidones que
aparecen en primer término de esta imagen, hasta Burgos, donde se encontraba
establecida la Sociedad Española de Seda Artificial, y a otros lugares. Eran
viajes muy penosos, dado el estado de las carreteras y en ellos se utilizaban
pequeños camiones, como el que aparece en la foto, sustituido después por otra
“Thames”, de color rojo.
El elemento más característico de aquel
pequeño complejo, donde también había una extractora de aceite de orujo, era la
chimenea que se ve en la foto, la cual vino a sustituir a otra más pequeña, de
planta cuadrada, que estaba junto a la N-122. Fue construida por el padre de D.
Mariano Villabona, excelente colaborador de nuestro Centro, quien, poco antes
de su fallecimiento, nos comentó que hasta fechas muy recientes habían
conservado en su casa de Ainzón los planos de la chimenea y de otras realizaciones
de su padre, que fue un gran maestro de obras.
Tras el cierre de la fábrica, la chimenea
fue adquiriendo, poco a poco, una pronunciada curvatura, como consecuencia de
los rayos del sol y, ante el peligro que entrañaba se decidió demolerla,
mediante unas sirgas atadas a unos orificios practicados en su parte superior y
la ayuda de unos tractores.
Al margen de esas industrias, existieron
en nuestra comarca varias empresas dedicadas a la destilación alcohol, cuyas
instalaciones estaban dotadas de chimeneas de menor tamaño, algunas de las cuales
se han conservado, por el momento.
En la carretera de Ainzón a Bureta, se
encuentra la que muestra la primera de las imágenes, mientras la segunda corresponde
a otra empresa de Ainzón, la de la familia Cruz, situada en la calle Solana 33
que, en este caso, ha sido adaptada para su empleo en la vivienda que allí
existe. Ambas fueron construidas por el citado Sr. Villabona.
En Magallón se conservan dos chimeneas.
Una de ellas está junto a la avenida de la Paz, en el recinto de las piscinas y
polideportivo municipales, mientras que la segunda da nombre a un restaurante
situado al inicio de la carretera que conduce a La Almunia de Doña Godina. Nos
gustaría conocer a qué empresas pertenecieron cosa que, por el momento, ignoramos.
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