viernes, 17 de febrero de 2023

Las chimeneas como Patrimonio Industrial

 

         La voladura de la central térmica de Andorra ha venido acompañada por la polémica. Ha habido quienes consideraban que la prisa en destruir todos los elementos de la central obedecía al deseo de impedir que, en algún momento, pudiera volver a ponerse en marcha, como ha ocurrido en otros países.


         Hubo otros que defendieron la permanencia de su chimenea, como manifestación relevante del Patrimonio Industrial de Aragón. Con sus 343 metros era, además, la construcción más alta de nuestra comunidad. Pero, a pesar de la campaña emprendida por varias asociaciones, nada ha podido impedir que, cerca del mediodía de ayer, fuera finalmente derribada.



         265 kilos de explosivos fueron necesarios para que el encargado de la demolición, Luigi Erbi, pusiera el punto final a una central que ha estado en servicio durante 40 años. Pero, este triste final ha servido para lanzar una voz de alerta sobre el estado en el que se encuentra el Patrimonio Industrial aragonés y Heraldo de Aragón llamaba la atención sobre el “menguante inventario” de chimeneas. Por ello, hemos querido revisar cuál es la situación en la zona sobre la que proyecta su acción el Centro de Estudios Borjanos.



         En 1912 fue inaugurada la azucarera que estuvo en funcionamiento hasta 1984. Como otras instalaciones similares del valle del Ebro su construcción respondió al auge experimentado por el cultivo de la remolacha, tras la pérdida de la isla de Cuba y sus producciones de caña de azúcar. 



         Conservamos en nuestro archivo imágenes de la azucarera cuando la falta de rentabilidad del cultivo de la remolacha había provocado su práctica desaparición y el cierre de la fábrica.

         La mayor parte de sus instalaciones fueron demolidas y el espacio se convirtió en puerto seco o “campa de Luceni” donde se almacenan miles de automóviles, presididos por la gran chimenea que se tuvo el acierto de mantener.


No ha ocurrido lo mismo en Gallur donde, desde 1904, se encontraba la azucarera “Ntra. Sra. de Pilar” que, tras diversas vicisitudes, terminó convertida en almacén para la remolacha que, procedente de diversos lugares, era transportada después a Alagón por ferrocarril. Se cerró definitivamente en la década de los años 60 del pasado siglo y, en 1972, la Cooperativa de Viviendas de San Antonio consiguió que se derribara la fábrica para construir nuevas casas, lo que nunca se llevó a cabo.



         Quedó en pie, momentáneamente, su chimenea (no tan espectacular como la de Luceni), aunque finalmente fue volada, como muestran estas fotografías que D. Carlos Gracia Casado colgó en la página del Centro de Estudios Galluranos.


         En Borja existió otra chimenea destacada, donde hoy se levanta la urbanización “Marreque”. Era la de una fábrica que, en su última época, fue propiedad de la firma “Industrias DOR S. L.”, donde se elaboraba sulfuro de carbono, un producto altamente tóxico que se utilizaba en determinados procesos industriales, como el de la fabricación de seda artificial. De ahí, que desde Borja se transportara, en los bidones que aparecen en primer término de esta imagen, hasta Burgos, donde se encontraba establecida la Sociedad Española de Seda Artificial, y a otros lugares. Eran viajes muy penosos, dado el estado de las carreteras y en ellos se utilizaban pequeños camiones, como el que aparece en la foto, sustituido después por otra “Thames”, de color rojo.

         El elemento más característico de aquel pequeño complejo, donde también había una extractora de aceite de orujo, era la chimenea que se ve en la foto, la cual vino a sustituir a otra más pequeña, de planta cuadrada, que estaba junto a la N-122. Fue construida por el padre de D. Mariano Villabona, excelente colaborador de nuestro Centro, quien, poco antes de su fallecimiento, nos comentó que hasta fechas muy recientes habían conservado en su casa de Ainzón los planos de la chimenea y de otras realizaciones de su padre, que fue un gran maestro de obras.

         Tras el cierre de la fábrica, la chimenea fue adquiriendo, poco a poco, una pronunciada curvatura, como consecuencia de los rayos del sol y, ante el peligro que entrañaba se decidió demolerla, mediante unas sirgas atadas a unos orificios practicados en su parte superior y la ayuda de unos tractores.



         Al margen de esas industrias, existieron en nuestra comarca varias empresas dedicadas a la destilación alcohol, cuyas instalaciones estaban dotadas de chimeneas de menor tamaño, algunas de las cuales se han conservado, por el momento.

         En la carretera de Ainzón a Bureta, se encuentra la que muestra la primera de las imágenes, mientras la segunda corresponde a otra empresa de Ainzón, la de la familia Cruz, situada en la calle Solana 33 que, en este caso, ha sido adaptada para su empleo en la vivienda que allí existe. Ambas fueron construidas por el citado Sr. Villabona.



         En Magallón se conservan dos chimeneas. Una de ellas está junto a la avenida de la Paz, en el recinto de las piscinas y polideportivo municipales, mientras que la segunda da nombre a un restaurante situado al inicio de la carretera que conduce a La Almunia de Doña Godina. Nos gustaría conocer a qué empresas pertenecieron cosa que, por el momento, ignoramos.










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