Entre las fotos que nos remitió D. José María Aznar Lorente había algunas de la estación del ferrocarril de Cortes a Borja que, aunque conocidas, merece la pena recordar. Quizás, la más interesante y antigua es ésta, en la que puede verse algo del edificio de la estación a la derecha y los tinglados de mercancías y el depósito de vagones. Al fondo, el castillo y la colegiata de Santa María.
Vemos también dos de los accesos que
tenía la estación: la rampa desde la carretera de Cortes, que aún se conserva
como entrada del Instituto, y las escaleras que partían de aquel gran paseo
arbolado que existía adosado al recinto de la estación. Los de más edad hemos
llegado a conocer esas escaleras por las que descendíamos, cuando ya el
ferrocarril había dejado de prestar servicio, para “montarnos en los vagones.
En la foto, aún no aparece la valla de madera que delimitaba el recinto.
No menos destacable son los personajes
fotografiados. El grupo de caballeros con bastón y bombín, acompañados con jóvenes
también tocados con sombreros que se apoyan en las barricas y, al lado, unas
señoras sentadas que no sabemos lo que esperaban en ese lugar. A la derecha,
otras personas que, por su atuendo más modesto, parecen trabajadores de la
estación. También allí se ven toneles, pues no hay que olvidar que el ferrocarril
era el medio de transporte por el que salían los vinos que ya se elaboraban en Borja.
Esta otra foto es posterior y en ella
ya puede verse la valla de madera a la que hacíamos referencia antes. A la
derecha, el acceso a las escaleras de entrada a la estación. Habían
desaparecido los grandes árboles del paseo y, por el lugar que ocupaban discurría
ahora la carretera de Cortes. Se había creado el parque y lo que hoy es el
paseo Valentín Ruiz. Junto a la estación una acera con árboles (por cierto muy
juntos) que nunca llegaron a prosperar.
Pero, comparando las dos fotos, hay algo
que nos ha llamado la atención. En la más antigua se advierte (a pesar de su
escasa calidad) un edificio de cierta altura donde hoy se levanta el llamado “Edificio
Imperial”. En la segunda, ya no está. Por el contrario, vemos lo que fue “Macelo
municipal” (Matadero), de una sola planta en el extremo derecho del mismo
aparece pintado el yugo y las flechas, junto con el nombre de “Franco”,
repetido en columna diez veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario