Dos obras desconocidas de Elías García Martínez

 

         Dª. Isabel Millán Muñoz, de Calatayud, tiene en su poder dos pequeñas obras, heredadas de su tío, el sacerdote D. Francisco Tafalla Torres (1868-1963), que fue prior de la colegiata del Santo Sepulcro de esa ciudad y también ejerció su ministerio pastoral en la de Santa María.

         Las trajo el pasado martes a Borja su hijo D. José María Jiménez Millán, acompañado por su distinguida esposa Dª. Isabel Millán Muñoz. Hacía ya algún tiempo, que estudiando ambos cuadros se había percatado de que podían ser del pintor D. Elías García Martínez y quería conocer nuestra opinión, así como la de su nieta Dª. Teresa García Blanc.

         Una de las obras es de tema taurino. En ella puede verse a un toro asomando por la barrera desde la que varias personas contemplan el espectáculo que, probablemente, tiene lugar a orillas del mar. Uno de los presentes, ataviado con calzón, ceñido con amplia faja, camisa blanca y pañuelo a la cabeza, empuña un palo o bastón intentando evitar el salto del astado. Los llamados “bous a la mar” aún siguen celebrándose en diversos municipios costeros del Levante español y el pintor, que era de Requena, es posible que los hubiera contemplado en alguna localidad relativamente cercana, como Denia.

 

         En la otra aparece un jinete marroquí, tocado con fez rojo y empuñando una espingarda, tomando parte en lo que parece ser el espectáculo llamado “Fantasía” o “correr la pólvora” que fue objeto de atención por parte de varios artistas, entre ellos el español Fortuny.

         Aunque los cuadros necesitan una limpieza y restauración, no cabe la menor duda de que, como le acreditamos, son obras de García Martínez.

 

         Los dos tienen la firma habitual del pintor “Elías G.” y uno de ellos está datado en 1889. Ambas temáticas son recurrentes en su producción artística, tanto en lo que respecta a espectáculos taurinos como a obras de inspiración “oriental” que, en aquellos momentos suscitaba mucho interés. Hay que destacar la pincelada suelta de que hace gala en su ejecución, muy alejada del tratamiento “relamido” de otras pinturas de tema religioso, como la que conservamos en nuestro Centro.