Estos días ha sido noticia en los medios de comunicación, una pareja de japoneses que viajaron desde su país, para contraer matrimonio canónico en la iglesia de San Pedro de Teruel, atraídos por la historia de los Amantes.
Se trataba de Julius Aragón, un joven
de origen filipino y Cathalina Aragón (de soltera Natsuki) que ya habían contraído
matrimonio civil en la ciudad de Yokohama, donde residen, hace quince años y fruto
de ese enlace tuvieron dos hijas, Juille y Gizelle, de 11 y 12 años que
acompañaron a sus padres para formalizar su enlace religioso, ante el sacerdote
Elvis Njong, párroco de Cantavieja, y de origen africano.
Se da la circunstancia que Julius está convencido
de que su apellido “Aragón”, procede de nuestra tierra y, de ahí, su interés
por conocerla y mostrársela a su familia.
Hasta aquí, lo difundido en prensa y radio.
Pero lo que ignorábamos es que este ya famoso matrimonio había decidido
alojarse en el palacio de los abades de Veruela, en Bulbuente, en cuyo patio
posaron para nosotros, lo que aprovechamos para desearles una grata estancia
con sus hijas.
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