Con la inestimable ayuda de Nuria Dobos estamos procediendo a reestructurar los fondos acumulados en nuestro Centro, tras 56 años de historia. Entre ellos se encuentran los materiales archivados de los diversos congresos que organizamos, porque congresos hace ya muchos años que se vienen celebrando en nuestra ciudad, promovidos por nosotros. Uno de ellos fue el dedicado a las alteraciones de Aragón, con ocasión de su quinto centenario en 1991. Hubo más de 160 participantes (se celebró en el Auditorio) y a todos ellos, como es habitual, junto con la documentación de la reunión se les hizo entrega de propaganda turística de Borja (no había mucha) y encartes publicitarios de nuestros vinos, facilitados por la Cooperativa (aún no existían las Bodegas Borsao) y por Bodegas Bordejé.
Hemos recuperado aquellos encartes que
presentan un panorama completamente diferente al actual. Como vino de mayor
calidad se publicitaba el “Señor de Atarés”, como reserva especial. Queremos
recordar que tanto ese nombre como los de los otros dos vinos fueron propuestos
y aceptados por nuestro Centro, con la única salvedad de que al “Campellas” se
le añadió la palabra “Gran”. También redactamos el texto del pequeño folleto que
acompañaba a las botellas de “Señor de Atarés”, haciendo mención a la historia
de D. Pedro de Atarés. Debemos advertir que esa denominación era un tanto
forzada, pues D. Pedro era señor de Borja, en realidad “tenente”, pero por
entonces era habitual la publicidad de vinos con la palabra “Señor” o “Señorío”
y lo de “Señor de Atarés” sonaba bien.
Los otros dos encartes de nuestra
cooperativa, que ya llevaba el nombre de “Bodegas Cooperativa Agrícola de Borja”,
correspondían al “Gran Campellas” como tinto de crianza y al “Borsao” como vino
joven en sus tres variedades. En todos esos encartes que constituyeron un avance
en los modelos de publicidad, aparecía el logotipo antiguo de la Denominación
de Origen “Campo de Borja”.
D. Miguel Ángel Bordejé Cruz que era
Consejero del Centro, nos trajo un desplegable publicitario de sus bodegas en
Ainzón que se encontraban en su apogeo. En él contaba la historia de las
mismas, que se remontaba a 1770 y a la creación de la marca “Bordejé” en 1974.
Además de sus tintos, el producto
estrella de la bodega era el cava, el primer cava de Aragón, cuyo Superbrut o Brut
Cero era considerado el mejor cava de España con sabor francés, o al menos eso
era lo que destacaba la publicidad, en la que también se afirmaba que era
elaborada en las antiguas bodegas en cerro, incorporadas a la nueva bodega, que
reunían las mejores condiciones y en las que los visitantes eran informados del
delicado procedimiento de elaboración del cava.
El volver a contemplar estos impresos
nos ha reafirmado en la idea de que el mejor lugar para conservar la publicidad
efímera es en instituciones como la nuestra que la clasifica y archiva para que
sigan siendo testimonio de una época y estén a disposición de los
investigadores y personas interesadas. A pesar de ello, muy pocos colaboran con
algo tan sencillo como remitirnos esos impresos para su conservación.
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