El pasado viernes acompañamos al Dr. D. Alberto Aguilera en un interesante recorrido por aquellas localidades en las que sospechaba que pudiera haber obras del escultor borjano Cristóbal Salesa, que es objeto, en estos momentos, de uno de los estudios que tiene iniciados.
Estuvimos, en primer lugar, en Ólvega
donde realizamos un amplio reportaje fotográfico de sus calles y, especialmente,
del interior de su iglesia parroquial, que tiene un gran interés. Lamentablemente,
un fallo en nuestra cámara ha inutilizado todas las fotografías y tendremos que
volver a repetirlas.
Afortunadamente, Alberto había tomado fotos
con su teléfono móvil imágenes de la obra que iba buscando y de cuya existencia
ya tenía noticias. Era esta imagen de la Divina Pastora que, inmediatamente,
atribuyó a Cristóbal Salesa.
Aunque no es exactamente igual que la
que puede contemplarse en el Museo de la Colegiata de Borja (obra ya
documentada de Salesa), las similitudes son muy grandes, por lo que, a la
espera de poder documentarla fehacientemente, no es posible dudar de que el
escultor borjano fuera el autor de la imagen de Ólvega.
Para que nuestros lectores puedan percatarse
de esas coincidencias estilísticas, ofrecemos una foto de la imagen que se conserva
en la sala VIII del Museo de la Colegiata de Borja y que procede del antiguo
convento de capuchinos de nuestra ciudad.
Desde Ólvega nos trasladamos a Trévago,
donde al parecer hay otra Divina Pastora de Cristóbal Salesa. En este caso no
pudimos acceder al interior de templo, pero la información es segura, lo que
nos obliga a plantearnos el porqué de esta difusión por tierras sorianas del culto
a esta advocación mariana. Contribuye además a demostrar la amplitud de la
labor desarrollada, como escultor, por este artista que merece ser reivindicado.
Aunque los objetivos del viaje no
pudieron cumplirse plenamente, nos permitió disfrutar de un recorrido por unas
localidades que, en el caso de Ólvega, sorprende por la excelente pavimentación
y la limpieza de sus calles, así como por las numerosas industrias establecidas
en el polígono que lleva el nombre de Emiliano Revilla, el gran impulsor del
desarrollo económico de esa localidad de la que fue alcalde.
En esa limpieza y en el cuidado de sus
jardines, entre otras cosas, es posible que influya el que, desde hace años, venga
gobernando un determinado partido pero, en nuestra opinión, el civismo de sus
habitantes tiene mucho que ver, como podemos constatar en otros lugares en los
que no coincide ni una ni otra cosa.
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