Con la ayuda inestimable de Nuria Dobos hemos terminado la revisión y reordenación de lo que no dudamos en calificar de un tesoro bibliográfico: las colecciones de periódicos y revistas editados en los diferentes municipios de nuestra comarca, en el transcurso del tiempo. Y lo es, ya que no es posible encontrarlas en ningún otro lugar. De ahí, nuestro interés en darlas a conocer; lo haremos a través de la serie que hoy iniciamos, dedicada a esas publicaciones que, sin duda, sorprenderán a muchos.
Vamos a comenzar con los periódicos históricos de Borja, a
los que ya hemos dedicado nuestra atención en otros artículos. De ellos, tenemos
los originales de todos, salvo de uno. Además, los tenemos fotocopiados para
facilitar su consulta por los investigadores, sin tener que recurrir a los
originales. Veamos cuáles son esos periódicos, todos ellos semanarios.
El Trabajo que fue el primer
medio de comunicación que existió en nuestra ciudad. Su primer número apareció
en julio de 1889, un año destacado para la historia de Borja pues fue el del I
Centenario de la Virgen de la Peana y el de la inauguración del ferrocarril,
entre otras cosas.
Fue fundado por Mariano Tejero Manero
que, en aquellos momentos, acababa de cumplir los 20 años. En algún momento le
acusaron de ser un órgano “socialista”; él lo negaba, pero más tarde llegaría a
ser un destacado Diputado a Cortes formando parte de las candidaturas
republicanas y terminó integrándose en el partido de Acción Republicana de
Manuel Azaña.
El Trabajo es el único
periódico cuyos originales no se conservan en el Centro. Los 22 primeros
números que logramos encontrar están en el archivo del Ayuntamiento, pero no
son todos los editados, pues hubo más y no sabemos cuándo dejó de publicarse. En
nuestro archivo se conservan fotocopias de ellos.
El siguiente periódico fue Aires
del Moncayo, cuyo primer número apareció en febrero de 1913. Se imprimía en
Tarazona, en los talleres de Félix Meléndez, y fue fundado por el conde de
Torreflorida, su primer director, al que sustituyó D. José Sanz Chueca, un
maestro turiasonense (familia de D. Fernando Chueca Goitia) que ejercía en
Borja donde se casó con Dª. María García Lázaro, hermana de D. Juan David
García Bacca.
José Sanz era una persona también
próxima a posiciones de izquierda y ello dio lugar a fuertes tensiones con el
Ayuntamiento en diferentes momentos, aunque las autoridades municipales siempre
vieron con recelo a cualquier medio de comunicación, siendo extremadamente
susceptibles a las críticas que se les formularan, aunque fueran ligeras, dando
lugar a réplicas y contrarréplicas.
El último número publicado llevaba el
nº 299 y apareció el 27 de abril de 1919. Como todos los medios de comunicación
borjanos era semanal y constaba habitualmente de cuatro páginas.
Sin solución de continuidad y bajo la misma dirección apareció el 4 de
mayo de 1919 Ecos del Moncayo, proclamando su independencia política. La
redacción de Aires del Moncayo había estado en la plaza de Santo
Domingo, mientras que Ecos la tenía inicialmente en calle Alberites y
luego en la plaza de las Canales. La cabecera inicial se cambió en 1927 por
otra más elaborada que fue diseñada en Zaragoza por los hermanos Albareda.
Hubo tensiones entre los miembros de
la redacción y dimisiones por estar en desacuerdo con la línea editorial que
mantenía D. José Sanz quien, en 1922, fue reemplazado al frente del periódico
por D. Carlos Sánchez del Río Peguero. Dos años después se hizo cargo de la
dirección D. Agustín Sierra Pomares hasta que fue destinado a Jaén y lo
sustituyó D. Antonio Alda que fue el director hasta su desaparición en
diciembre de 1928, cuando habían aparecido 492 números.
Al mismo tiempo que Ecos del
Moncayo, el abogado D. Joaquín de Sarria puso en marcha otro periódico que
se llamó La Comarca, cuyo primer número apareció el 26 de julio de 1925.
De formato diferente y de cuidada composición se imprimía en los talleres de La
Voz de Aragón de Zaragoza, donde trabajaba D. Emilio Alfaro que fue uno de los
colaboradores habituales. Con vocación comarcal e información gráfica fue el
mejor periódico, aunque de vida efímera, pues sólo se conservan siete
ejemplares.
Cuando ya había dejado de publicarse Ecos
del Moncayo, D. Lorenzo Párroqué creó La Voz de Borja que apareció
el 30 de noviembre de 1930. De formato similar a La Comarca (tamaño
folio) constaba de ocho páginas y su primera cabecera incluía una vista de
Borja, diseñada por “Tejero” que fue reemplazada por otra, más sencilla, a
partir del nº 10. Dejó de publicarse en septiembre de 1931 cuando el
advenimiento de la II República había provocado profundos cambios en la
sociedad borjana.
Pasaron muchos años hasta que volvió a
ser editado un periódico local. En diciembre de 1947 surgió Lauro, como
órgano mensual de la Congregación Mariana y de los Jóvenes de Acción Católica.
El primer número de publicó mecanografiado y los siguientes a multicopista. A
partir del número 8 de su impresión se encargó la imprenta Sancho de Borja.
Aunque su contenido era
fundamentalmente religioso, incluyó también noticias locales, especialmente
debidas a la pluma de Francisco Domínguez Pablo que inició allí su vocación
periodística, lo que le ocasionó algunos contratiempos como cuando se permitió
efectuar una valoración de la “Fiesta en el Aire” organizada para presentar el
himno de Borja, por lo que el periódico tuvo que pedir disculpas y “suspender”
temporalmente a su redactor. De Lauro se editaron 109 números, el último en
abril de 1957. Su director era Alfredo Rodrigo y en su desaparición influyó el
desánimo que se abatió sobre Borja como consecuencia de la terrible emigración
padecida aquellos años.
Estos son los periódicos que podemos
considerar “históricos”, todos los cuales pueden ser consultados en nuestro
Centro. A ellos les siguieron otros muchos que daremos a conocer en próximos
artículos.
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