Algunos de los que leen nuestros artículos
sobre aves, que no son muchos, recordarán las imágenes que publicamos sobre la
supuesta caza de una abubilla por parte de un aguilucho lagunero. Esther Jordán
nos aclaró que los aguiluchos no se alimentan de ese tipo de piezas y que lo estaba
devorando en la imagen, debía tener otro origen.
Ahora, Enrique Lacleta nos ha mandado nuevas fotografías de una abubilla (sin aguilucho), cuyas evolucione captó a orillas de la Estanca.
Su nombre científico es el de Upupa
epops, que curiosamente está formado por la unión de la misma palabra en
latín (upupa) y en griego (epops), aunque en Aragón recibe otras
denominaciones, como “cucuta”.
Su plumaje es inconfundible, destacando
sobre su cabeza un penacho que, generalmente, mantiene plegado pero que puede
desplegar como un abanico.
Tiene un largo pico que introduce en la tierra en busca de su
alimento; generalmente insectos y larvas. Como es bien sabido, una de sus
piezas preferidas son las orugas de la procesionaria del pino, por lo que resulta
de gran ayuda frente a esa plaga.
Otra de sus características es el
repugnante olor que desprenden, como defensa frente a sus depredadores. Tienen
en la base de la cola una glándula que segrega un líquido oleoso con ese característico
olor, con el que impregnan su cuerpo y, también los nidos que establecen tanto
en árboles viejos, como en las grietas de rocas y edificios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario