Al comienzo de esta serie dedicada a las tumbas de militares extranjeros en España, mencionamos el caso de los miembros de la División Azul, fallecidos en Rusia, cuyos restos han sido tratados con enorme respeto por el gobierno de ese país, contra el que habían combatido y que han sido reagrupados en un sector, expresamente dedicado a ellos, en uno de los cementerios alemanes en tierras rusas.
Pero, ese respeto que es el mismo que
dispensa cualquier país civilizado a los militares que, bajo las banderas de
sus respectivos ejércitos, murieron en combate, difiere mucho de lo ocurrido en
el cementerio de la Almudena de Madrid, con el mausoleo donde reposan los
cuerpos de 7 miembros de la Legión Cóndor, caídos en combate, y un compañero
que, mucho más tarde, quiso ser sepultado con ellos.
Fue el 3 de julio de 1942 cuando, con
la presencia de autoridades españolas y alemanas, era inaugurado el mausoleo en
el que recibieron sepultura esos siete aviadores, cuyos féretros fueron
llevados a hombros por aviadores españoles y por sus compañeros alemanes.
Este era el aspecto que presentaba el
mausoleo, en el que los familiares y amigos de los enterrados les recordaban,
en determinadas fechas.
Como puede apreciarse en las imágenes,
en el monumento estaban dispuestas las lápidas con los datos personales de los
enterrados, enmarcadas entre dos cruces. Sobre ellas, una lápida de mayor
tamaño en la que podía leerse “Legión Cóndor”, una frase en alemán que,
traducida decía: “Aquí reposan los alemanes caídos en combate por una España
libre” y, debajo en español “Aviadores españoles, muertos por Dios y por
España. ¡Presentes! Entre ambas, el emblema de la Aviación española.
Pero, a pesar de que no había nada
especialmente significativo en cuanto a simbología, el mausoleo fue objeto de
diversas acciones vandálicas y se convirtió en objetivo de determinadas
formaciones políticas, que intentaron por todos los medios eliminarlo.
Comoquiera que, inicialmente, el
Ayuntamiento de Madrid no accedió a sus pretensiones, entre otras cosas porque
era propiedad del gobierno alemán, se dirigieron a éste, logrando que accediera
a eliminar la placa central, quedando como muestra esta foto.
Pero, tan pronto como accedieron al
poder municipal, aduciendo razones difícilmente comprensibles, teniendo en
cuenta el carácter militar de los sepultados, derribaron el muro, quedando sus
tumbas como muestra la imagen inferior, con las placas sobre ellas, entre otros
motivos porque el gobierno alemán impuso que pudieran ser identificadas. Parece
ser que las reclamaciones no se detienen ahí, pues querrían que los cadáveres
fueran repatriados. Lo que ignoramos son las verdaderas razones por las que, en
su momento, esos restos no fueron llevados a Cuacos.
Queremos recordar la identidad de los
militares enterrados. En primer lugar, hay que mencionar a los miembros de la
tripulación de un Ju-52, perteneciente al Kampfgruppe 88
(K/88), fue una formación de bombarderos que, junto con el Jagdgruppe
88 (J/88), fue la unidad más grande de la Legión Cóndor.
Fue derribado por un Polikarpov I-15, pilotado por el
aviador soviético Mijail Yahushin, el 8 de diciembre de 1936, en un combate
aéreo sobre Arenas de San Pedro.
La tripulación estaba integrada por el Oberleutnant Heinz Liegnitz (en la lápida se le denomina
Lignitz), nacido el 27 de febrero de
1911 en Insterburg (tenía 25 años); el Unteroffizier Josef Ullmann, nacido
el 5 de septiembre de 1912 en Mikultschütz (tenía 24 años); y el Obergefreiter
Johann Seitz, nacido el 11 de abril de 1916 en Ingolstadt (tenía 20 años). En
el avión había un cuarto tripulante, el Leutnant Wernes Hornschuh, del
que desconocemos el destino de su cadáver.
Los otros cuatro aviadores enterrados pertenecían a la
tripulación de otro Ju-52, asimismo perteneciente al Kampfgruppe 88
(K/88), derribado en la noche del 25 al 26 de julio de 1937 sobre
Valdemorillo, por el mismo piloto soviético.
Eran el Leutnant Leo Falk, nacido el 24 de octubre de 1914 en Dresde (22 años); el Unteroffizier Walter Brötzmann, nacido el 13 de octubre de 1912 en Naugard (24 años); el Unteroffizier August Heyer, nacido el 17 de mayo de 1911 en Ubellhack (26 años) y el Leutnant Georg Überlack, nacido el 6 de marzo de 1910 en Waltrop (27 años). Desconocemos el destino del cadáver del Feldwebel Fritz Berndt. En relación con estos aviadores hay cierta confusión, provocada por los datos que aparecen en sus lápidas, en donde se hace constar que todos fallecieron en El Escorial, salvo Heyer en Quijorna, el mismo día, cuando sabemos con certeza que todos volaban en el mismo avión.
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