Hasta ahora, todos aquellos que querían conocer la organización y funcionamiento del Sindicato de Riegos de la ciudad de Borja hacían uso del librito que, con el título Ordenanzas de Riego de la ciudad de Borja y Reglamentos del Sindicato y Jurado, aprobados por RR. OO. De 3 de junio de 1879 y 15 de noviembre de 1927, había sido editado en la Tipografía de El Noticiero, en fecha no precisada pero posterior a 1927.
Estas Ordenanzas han estado en vigor
hasta una época relativamente reciente y lo siguen estando en todo lo referido
a acequias y riegos, aunque una malhadada reforma modificó sustancialmente el
funcionamiento del Sindicato, destruyendo una organización que había sido
establecida teniendo en cuenta seculares tradiciones que hoy formarían parte de
nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial. Pero, el reformador o reformadores no
tenían capacidad para comprender eso y se dejaron llevar por un pragmatismo con
el que creían adecuar el Sindicato a los “nuevos tiempos”.
De este librito con 94 páginas existen
bastantes ejemplares (varios de ellos en nuestro archivo) que sus poseedores guardan
como una reliquia, pues su lectura resulta de gran interés para conocer muchos
detalles en relación con el funcionamiento de ese complejo sistema de riegos,
cuyo origen se remonta a época medieval y es fruto de concordias y acuerdos con
las localidades vecinas.
Pero la sorpresa ha surgido cuando D.
Manuel Giménez Aperte nos ha hecho entrega de otro ejemplar publicado en 1881,
poco después de la fundación del Sindicato y que, por lo tanto, tuvo que ser la
primera edición de las Ordenanzas.
La otra sorpresa ha surgido al constatar
que había sido editado en Borja, en la Imprenta de Matías López de Porras, sita
en la plaza de Santo Domingo, de cuya existencia no teníamos noticia. Hay
abundante información sobre este impresor que estuvo establecido en Tarazona,
donde editó diversas publicaciones, entre ellas algunas de carácter periódico
como el boletín del obispado e, incluso, un periódico borjano. Como impresor de
Tarazona es citado en todas las obras que tratan sobre las imprentas aragonesas
(en las que, por cierto, nunca se menciona a Borja), pero lo que no sabíamos
que había trabajado aquí.
Hemos comparado las dos publicaciones
que son idénticas en su mayor parte. Las diferencias afectan únicamente a la
organización administrativa del Sindicato y a algunos de sus cargos. En
cualquier caso, estamos ante un hallazgo importante para la historia de las
publicaciones borjanas y, sobre todo, para la historia de la imprenta en nuestra
ciudad.
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