Cuando nos encontramos inmersos en el proceso de reestructuración de las concesiones de las líneas de viajeros por carretera en el ámbito aragonés, queremos recordar un artículo publicado en 2011, en el que llamábamos la atención sobre la importancia arquitectónica de la Estación de Autobuses de Borja.
Decíamos entonces que, dentro del ámbito de la protección al Patrimonio, suele centrarse la atención en los edificios históricos, sin considerar que la Arquitectura sigue su curso y que, todas las épocas, tienen manifestaciones dignas de ser tomadas en consideración. Por eso, se hace necesario analizar detenidamente y con criterios no excesivamente selectivos, las obras del siglo XX y, de manera especial las muestras de arquitectura industrial, que ya despiertan gran interés.
Un
experto en esta materia nos llamó la atención sobre la Estación de Autobuses de
Borja. Construida a mediados del siglo XX por la Empresa Hernández, ahora
THERPASA, para sus propias líneas, es una obra de interés, tanto por su diseño,
como por las características técnicas de algunos de sus elementos, como la
cubierta central y las de la nave que se emplea como garaje.
Aunque, por el momento, no ha sido
catalogada ni dispone de una protección especial, creemos que esta construcción
es merecedora de ello y, en cualquier caso, esperamos siga siendo utilizada, al
margen de qué empresa se haga cargo de la concesión de las líneas que pasan o
parten de nuestra ciudad.
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