El 29 de septiembre de 1936 fue fusilado en Beniclamet (Valencia) el P. Pablo Borí Puig S. J. Había nacido en Vilet de Maldá (Lleida) el 12 de noviembre de 1864 y cursó los estudios eclesiásticos en el seminario de Tarragona, donde fue ordenado sacerdote en 1888. Cuando tenía 26 años, tras desempeñar su ministerio pastoral en varias parroquias, decidió ingresar en la Compañía de Jesús y el 7 de septiembre de 1891 llegó al noviciado que, pocos años antes, habían abierto los jesuitas en Veruela, donde efectuó su profesión perpetua en 1904.
Durante su permanencia en
Veruela llegó a Borja para dirigir, en el otoño de 1903, unos ejercicios
espirituales que tuvieron lugar en la iglesia del convento de la Concepción, a
los que asistieron muchos jóvenes borjanos, entre los que sus palabras causaron
gran impacto. El fruto más importante de su predicación fue la fundación de la
Congregación Mariana, llevada a cabo el 29 de noviembre de 1903. En realidad,
se trataba de su refundación, dado que había sido erigida canónicamente por el
P. Guberna S. J. en 1867, aunque tras la revolución de 1868, apagaron el
entusiasmo inicial. Por ello, puede considerarse al P. Bori como el auténtico
fundador y fue él quien la agregó a la Primaria de Roma, dirigiéndola durante
sus primeros ocho años. Con este fin se trasladaba a Borja con mucha
frecuencia, para atender a sus jóvenes congregantes. El acto más importante era
el de la comunión mensual, precedida el día anterior por una Sabatina. En ambas
celebraciones predicaba, alentando a los jóvenes a perseverar en el camino
emprendido. Tras su marcha, se hicieron cargo de la Congregación otros
sacerdotes jesuitas, como el P. Pujadas o el P. Muedra.
En 1915 publicó en la
Editorial Católica Pontifica de Barcelona la obra Fin y utilidad de las Congregaciones Marianas en las parroquias,
reuniendo sus experiencias borjanas. Tres años después fue nombrado
administrador de la Casa Noviciado de Gandía, en la que permaneció hasta que la
Compañía de Jesús fue suprimida por el gobierno de la II República.
Aunque algunos jesuitas
marcharon a otros lugares, el P. Bori decidió continuar ejerciendo
clandestinamente su ministerio. Durante aquellos años se hizo cargo de la
administración de la leprosería de Fontilles y, por su edad y virtudes, los
compañeros que residían en la zona de Valencia lo eligieron como director
espiritual.
En el transcurso de la
Guerra Civil fue detenido con el hermano Vicente Sales Genovés S. J. Tenía 71
años y su estado de salud era muy delicado, por lo que tuvo que ser
hospitalizado. De la cama del hospital lo sacaron para fusilarlo. Cuando era
llevado al lugar de la ejecución les dijo a los que lo conducían: “En el nombre
de Dios por el que vais a matarme y en el que no creéis, yo os perdono y doy mi
bendición”.
El 11 de marzo de 2001
fue beatificado por San Juan Pablo II, en la plaza de San Pedro, junto con
otras 232 víctimas de la Guerra Civil. Sus restos mortales, junto con los de
otros seis mártires jesuitas, son venerados en la iglesia de la Compañía de
Jesús de Valencia. No deja de ser sorprendente que la memoria de este mártir no
se conserve en nuestra ciudad, donde realizó una gran labor apostólica.
Se trata, por lo tanto,
de otro beato que, aunque no nació en nuestra ciudad, aquí ejerció su
ministerio pastoral durante varios años, poniendo en marcha una asociación
llamada a tener tanta influencia entre la juventud borjana, como fue la
Congregación Mariana. De ahí, que hayamos sugerido ya en otras ocasiones, el
que le fuera dedicado un recuerdo que podría ser una placa conmemorativa en la
iglesia de la Concepción. Esperamos que algún día sea tenida en cuenta nuestra
propuesta.
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