sábado, 2 de marzo de 2013

El Patrimonio Artístico de Mallén I




            Como ya hemos comentado anteriormente en este blog, pocos años después de la Reconquista, Alfonso I el Batallador quiso repoblar Mallén con mozárabes de Andalucía para lo que, en 1126, encontrándose en Novillas, otorgó fuero de población con grandes ventajas para favorecer su propósito. Sin embargo, el proyecto fracasó y, poco después entregó las localidades de Mallén y Novillas a las órdenes del Temple y del Hospital. Según algunos autores, el donante fue el rey de Navarra, García Ramírez. Las dificultades encontradas por dichas órdenes para gobernar conjuntamente ese patrimonio favoreció el acuerdo alcanzado, poco después, en virtud del cual el Temple se hizo cargo de Novillas y la Orden de San Juan de Mallén. De esta forma, la localidad se convirtió en la primera encomienda hospitalaria de Aragón y una importante plaza en la frontera, en torno al castillo existente en ese lugar. En 1144, frey Guillem de Belmes estableció su residencia en Mallén, con el título de Prior de Aragón y Navarra. No fue hasta 1177 cuando se constituyeron, con carácter independiente el priorato de Navarra y la castellanía de Amposta, a la que quedó adscrita Mallén y bajo la dependencia de la Orden de San Juan permaneció hasta el siglo XIX. 




            Pero la historia de Mallén comenzó mucho antes, pues en una pequeña colina, situada en las proximidades del antiguo convento de franciscanos, se estableció un poblado en la I Edad del Hierro. Posteriormente que llegó a ser una importante ciudad celtibérica y pervivió durante época romana. En este momento, llevaba el nombre de Balsione y era la primera mansión en el camino de Turiaso a Caesaraugusta.
            Tras una actuación que causó graves daños en el yacimiento, el Gobierno de Aragón llevó a cabo, a partir de 1986, dos campañas de excavaciones que sacaron a la luz restos significativos de construcciones industriales y domésticas, datadas en torno a los siglo I y II d.C. Pavimentos, columnas, pinturas murales y abundante ajuar atestiguan la importancia de la ciudad que contaba con calles empedradas. Fue abandonada a lo largo del siglo III. El yacimiento de “El convento” fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona Arqueológica en 1991.




            En la colina situada junto a la iglesia parroquial se levantaba el castillo que, como hemos señalado fue una posición clave en esta zona de la frontera del reino.
            El castillo se mantuvo hasta la Guerra de la Independencia, siendo ocupado por una guarnición francesa que lo defendió heroicamente, en 1813, frente a fuerzas españolas muy superiores en número. Una vez reducidos, Espoz y Mina ordenó su completa demolición en la que participaron gentes de toda la comarca obligadas a trabajar en esta labor.




            Por este motivo, nada se conocía de sus características, aunque al haberse conservado el cerro, se suponía que una actuación arqueológica podría revelar su planta. Sin embargo, el ayuntamiento de Mallén decidió construir allí un grupo de viviendas sociales, dispuestas en torno a una plaza central, asemejando desde la lejanía un coso taurino. La urbanización fue inaugurada en 1987, sin que se hubieran efectuado catas de ningún tipo.



Entre los edificios religiosos destaca la actual iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles que se levanta en el solar donde estuvo ubicada la primitiva iglesia parroquial dedicada a Santa María. Era un templo románico cuyas obras se iniciaron en torno a 1150 y de la que se conservan restos significativos. Es importante destacar que, como ocurre en otras poblaciones de la zona del Huecha, el emplazamiento elegido se encontraba fuera del casco urbano.




            Esta iglesia románica fue levantada por los mismos canteros que edificaron la de Novillas, lo que se demuestra por la coincidencia de idénticas marcas en los sillares de ambos templos.




Se trataba de un templo de nave única, de sillares de alabastro, cuyo ábside semicircular se conservó embutido en la fábrica del templo y, recientemente, ha sido descubierto y restaurado. En el centro de mismo existe un vano abocinado, decorado con molduras que se apoyan en capiteles con motivos vegetales.



Durante la guerra de los dos Pedros la iglesia sufrió graves daños y tuvo que ser reparada. Pero las modificaciones más importantes tuvieron lugar a comienzos del siglo XVI, cuando se sustituyó su primitiva cubierta por una bóveda de crucería simple. En los trabajos intervino el alarife mudéjar Abadllah de Gali, como lo atestigua la inscripción encontrada en uno de los muros de la nave, durante las recientes obras de restauración. También se abrieron capillas en los contrafuertes y para entonces ya disponía de un ábside poligonal.




   Pero el estado actual es fruto de la gran reforma efectuada en el siglo XVIII cuando, tras diversas propuestas, se procedió a dotarla de dos nuevos tramos a los pies, hasta alcanzar los cinco actuales. Para ello fue necesario destruir la portada románica que, hasta esos momentos, había subsistido. Por otra parte se levantaron dos naves laterales, de menor altura que la central y todo el interior del templo se decoró al gusto neoclásico.




De esta misma época data la actual fachada realizada con los sillares de la fábrica románica y ladrillo. En ella se colocó el crismón de la antigua portada. Tiene dos puertas que se abren a las naves laterales, con arcos de medio punto. Se remata con un frontón de arco mixtilíneo en el centro del cual se abre un gran óculo.



Anexa a la cabecera de la  iglesia se encuentra la capilla del Santo Cristo cuyas obras se iniciaron en 1803, bajo la dirección de Tiburcio del Caso, miembro de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, aunque no fue terminada hasta 1854. Exteriormente, su fábrica presenta dos cuerpos, el inferior de planta octogonal y el superior cuadrangular.




El interior es de forma ovalada y se cube con bóveda semiesférica. Bajo ella un baldaquino en el que se aloja la imagen del Santo Cristo atado a la Columna. Es de planta circular con columnas jónicas de fuste liso sobre las que descansa un casquete semiesférico.



 Otra capilla importante es la de la Virgen de Novillas, de planta cuadrangular, cubierta con bóveda de lunetos y situada en el muro sur. Frente a ella, la de la Virgen del Carmen. Con cúpula sobre pechinas y linterna, decorada con yeserías vegetales. Para quienes deseen conocer más detalles del Patrimonio Artístico de este templo, debemos recordar que el Centro de Estudios Borjanos publicó, dentro de su colección de Inventarios, un minucioso trabajo de José Carlos Sancho Bas y de Pedro Luis Hernando Sebastián sobre el mismo.



            En las afueras de la población y sobre el lugar donde existió otra más antigua, se levanta la ermita de Nuestra Señora del Puy a la que se accede a través de un cuidado paseo. Su origen está relacionado con el milagro realizado por la Virgen, a través de unos peregrinos que visitaron su santuario del Puy de Francia, pidiendo agua. Las obras del actual templo fueron sufragadas por el concejo de Mallén y se iniciaron en 1751, finalizando en 1768.



Se trata de un edificio de planta de cruz latina que, inicialmente, había sido proyectado de mayores dimensiones, quedando reducida  su nave a dos tramos, aunque en la fachada se advierten las adarajas dispuestas para su pretendida ampliación.



Es de mampostería con encintados y verdugadas de ladrillo. El acceso se realiza por el hastial, a través de una puerta con arco curvilíneo, de medio punto con clave convexa. Sobre ella un gran óculo y rematando la fachada una espadaña.




La nave principal se cubre con bóveda de lunetos, al igual que la nave transversal y el presbiterio. Sobre el crucero se levanta una cúpula sobre trompas aveneradas, con tambor y ocho lunetos. En las trompas, cuatro relieves en yeso policromado con San Antón, San Pablo ermitaño, San Francisco de Asís y San Jerónimo penitente. A los pies dispone de coro y bajo él, un cancel de forja en el que aparece la fecha de 1866. Dispone de sacristía, a la izquierda del primer tramo, cubierta con bóveda esquifada de lunetos.



La imagen de la Virgen se venera bajo un baldaquino de planta cuadrada con cuatro columnas de fuste liso, imitando jaspeados. Lo rematan las armas del concejo de Mallén.



El recorrido por los edificios religiosos de Mallén lo terminamos en la antigua capilla de las Hermanas Mercedarias, una comunidad de religiosas que se estableció, en 1885, en el edificio del antiguo hospital, al que fue adosado este pequeño templo, de fachada de ladrillo. La  portada de acceso, en arco de medio punto, está enmarcada por pilastras toscanas, con un friso de ladrillos sobre ellas. Encima, un óculo ovalado y como remate un sencillo campanil.



Es de nave única cubierta con bóveda de medio cañón y cuyo interior se ilumina a través de ese único vano situado en el hastial. Recientemente, tras la marcha de la comunidad,  el edificio fue rehabilitado. Las fotografías disponibles corresponden al período de obras que finalizaron ya hace tiempo.
En un próximo artículo comentaremos los edificios civiles de la localidad que constituyen un conjunto de gran interés. 












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