Pedro
Domínguez Barrios nos trae hoy noticia de una sorprendente cueva existente en
Magallón, conocida con el nombre popular de “Furuchón de los moros”. De la
etimología de este término se ocupó un ilustre magallonero, el Prof. D. Juan
Antonio Frago Gracia que, en su obra Toponimia
del campo de Borja. Estudio lexicológico, lo hace proceder del latín “Fur”
(ladrón), recordando que, en Borja, se utiliza la palabra “furuco” para
designar a una “cueva” o “cuarto oscuro sin ventilación”, siendo su equivalente
en Magallón la voz “furuchón”. Por ciento que, ni una ni otra, las hemos visto
recogidas en recientes diccionarios del aragonés.
Se trata de una cueva
cortada a pico en la cornisa de yeso que corona el último cabezo de la Molilla,
sobre el cual se levantaron los dos castillos que hubo en la localidad y con
los que la relaciona el Prof. Frago.
Se trata de una cueva
cortada a pico en la cornisa de yeso que corona el último cabezo de la Molilla,
sobre el cual se levantaron los dos castillos que hubo en la localidad y con
los que la relaciona el Prof. Frago.
En opinión de Pedro Domínguez existió una
escalera fija exterior, de la que se ha conservado la última grada, habiendo
desaparecido las otras por desprendimientos debidos a la fragilidad de la roca
en la que está excavada. De hecho, en una fotografía superior se aprecia una grieta
que hace suponer que el proceso de deterioro continuará.
Las señales del pico son perpendiculares y oblicuas
al lecho de la roca, dejando vistos
estratos de yeso fibroso (blanco). En las placas de piedra para revestimientos
actuales se denomina acabado tallante a la textura que imita estas señales del
pico.
Esta es la vista que se puede contemplar desde el
interior de la cueva, cuya utilidad plantea numerosos enigmas. Para el Prof.
Frago hay que relacionar su existencia con alguno de los citados castillos, de
los que pudo servir de atalaya y con los que pudo estar comunicado por la parte
tabicada.
Unos apuntes...en una roca desprendida se puede apreciar un pequeño fragmento de la pared picada, es más que posible que precisamente el acceso externo superior provocara su desprendimiento a tajo como se demuestra en sus bordes...
ResponderEliminarLa acepción "furuchón", como se le conoce en el pueblo proviene del aragonés forao que a su vez proviene del latín "for-" que en castellano derivó en la palabra "agujero" entre otras...Un saludo. Josi Sauca Modrego