miércoles, 27 de marzo de 2013

El Patrimonio Artístico de Purujosa




            Purujosa es una localidad enclavada en un bellísimo lugar que, muy poco después de la Reconquista, quedó bajo el control del monasterio de Veruela. El rey Sancho de Navarra y el príncipe Ramón Berenguer IV habían entregado a los monjes el castillo de la población y, en 1177, Alfonso II donó todo el lugar al monasterio. El 17 de diciembre de 1247, el abad de Veruela permutó el castillo y la “villa” de Purujosa por el castillo y villa de Bulbuente. La localidad pasó a poder de los Martínez de Luna y, posteriormente, se vinculó al condado de Morata de cuyos estados formó parte hasta el siglo XIX.






            Uno de sus monumentos es la iglesia parroquial de El Salvador, un modesto edificio construido, a finales del siglo XII o comienzos del XIII, en mampostería con refuerzos de sillería en los extremos de la cabecera. En el hastial se abren dos vanos, a manera de espadaña, donde se alojan las campanas.



            A través de un arco rebajado se accede, desde la plaza, a un espacio abierto que discurre por toda la fachada  lateral y, en el que se encuentra la entrada al templo, situada en el penúltimo tramo de la nave, protegida por un porche o pórtico con cubierta de tejas sobre rollizos de madera.



            El interior es de planta rectangular y de una sola nave, dividida en cinco tramos por arcos fajones apuntados. Entre ellos se disponen algunos sencillos retablos.



            En el lateral izquierdo se abre la única capilla existente, que está cubierta con bóveda de crucería estrellada y se abre a la nave por un arco de medio punto con el intradós decorado con lacerías.



            A los pies se encuentra el coro, levantado sobre una bóveda rebajada y con antepecho de gran interés, formado por cinco paneles de yeserías caladas, de inspiración mudéjar, entre pilastras toscanas.



            El otro edificio de interés es la ermita de la Virgen de Constantín, un curioso edificio excavado en la roca que se cierra con esta fachada de mampuesto, rematada por un alero doble de esquinillas.



             El interior es de planta rectangular, dividida en tres tramos, con cabecero recto. Está presidido por retablo manierista en el que se venera a la imagen de la Virgen de Constantín que, a pesar de la gran devoción que se le profesa, no es la patrona de la localidad.




            El tramo central es el único que se cubre con bóveda de crucería estrellada con pinjantes en sus cruces. Al igual que la iglesia parroquial, esta antigua ermita fue objeto de obras de reforma en el siglo XVI y fue entonces cuando se le dotó de esta ornamentación.



            El coro situado a los pies, presenta características similares al del templo parroquial, con cuatro paneles calados en el antepecho.



            Esta es la imagen titular, fotografiada en la parroquia, el día de su fiesta del año 2011, poco después de su restauración. Se trata de una talla realizada en el siglo XIII en la que María, aparece representada como Sedes Sapientae, teniendo en sus rodillas al Niño. La Virgen porta en su mano derecha una manzana, en alusión al pecado original, mientras que el Niño sostiene el globo terráqueo.
            Sobre el Patrimonio Artístico de ambos templos, el Centro de Estudios Borjanos publicó, en 2011, el inventario de los mismos, realizado por Alberto Aguilera Hernández y Ramiro Adiego Sevilla.



            Pero el interés de esta localidad no se limita a los edificios citados. Ya hemos destacado la belleza de su entorno en la que ha sido llamada “La cara oculta del Moncayo”, lo cual justifica plenamente una visita a la misma.




            Pero, lo más sorprendente de Purujosa es que, tras unos años de abandono, fruto de la grave crisis demográfica, ha iniciado un proceso de recuperación que queda patente en la acertada rehabilitación de muchos de sus edificios, en el cuidado de sus calles y de los parajes próximos. Si este proceso continuara, como deseamos, el trabajo realizado constituiría un ejemplo para una zona en la que no se prodigan actuaciones similares.



            Nuestro deseo sería que Purujosa recibiera, por parte de todos, la atención que merece y, sobre todo, que hubiera personas interesadas en la culminación de la restauración de los edificios que quedan por recuperar. Para los interesados en conocer la localidad, y estos días pueden ser una ocasión propicia, debemos recordar que dispone de un albergue para alojarse.












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