El 21 de agosto de 1559
se concedió autorización D. Pedro de
Villarroya para que pudiera construir su enterramiento en la capilla de San
Juan Bautista de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Reyes de Calcena,
localidad en la que había nacido.
Fue canónigo de la catedral de Tarazona y
posteriormente tesorero de la de Tortosa. Mandó edificar la citada capilla,
encargando su magnífico retablo que es obra de Jerónimo Cosida, el cual fue
terminado el mismo año en el que se le concedió el permiso para situar allí el enterramiento
para él y toda su familia.
El 21 de agosto de 1916
se jubiló “por imposibilidad física” D.
Basilio Ferrández Milagro. Había nacido en Ainzón, en torno a 1864 y
pertenecía a dos destacadas familias de la localidad. En el volumen III de
nuestro Diccionario dimos a conocer
algunos breves rasgos de su biografía que ahora podemos completar con nuevas
aportaciones, alguna de ellas llamativa. Se graduó como Licenciado en Derecho
Civil y Canónico en la Universidad de Zaragoza y, posteriormente, realizó el
Doctorado en la Universidad Central.
Con 22 años ingresó por
oposición en el Cuerpo de Funcionarios de la Administración al servicio del
Ministerio de Hacienda. El 30 de septiembre de 1892 aparece destinado en la
Administración de Hacienda de Valencia, como Jefe de Negociado de Tercera
Clase. A finales de ese año fue destinado a Zamora como Administrador de
Hacienda de esa provincia. De allí retornó en 1893 a la Administración de
Valencia y, en 1897, lo encontramos como Administrador de la provincia de
Pontevedra y, en 1902, en la de Soria, como Administrador de Hacienda de esa
provincia. Mientras tanto había ido progresando en el escalafón por antigüedad
y al ascenderá Jefe de Administración de
Cuarta Clase, fue nombrado en 1906 Tesorero de Hacienda de Toledo, de donde
pasó con el mismo cargo a Santander, Málaga, y Valladolid, donde solicitó la
jubilación. Hasta aquí podría ser la trayectoria administrativa de un
funcionario, sometido a constantes traslados, pero la biografía de D. Basilio
Ferrández tiene otra faceta que desconocíamos.
Porque,
tras su pase a la situación de jubilado D. Basilio Ferrández se dedicó a la
Política, como miembro activo del Partido Conservador, siendo elegido Concejal
del Ayuntamiento de Zaragoza, ciudad de la que llegó a ser Alcalde en 1923,
aunque en algunas relaciones se le reseña con el apellido “Fernández”. Durante
su breve mandato fue inaugurado el campo de fútbol de Torrero.
Siguió
formando parte del consistorio zaragozano en tiempos turbulentos, como lo
demuestra esta crónica que el diario madrileño El Sol, publicó en su primera página de 25 de diciembre de 1930
(había periódicos el día de Navidad), en la que relataba la tumultuosa
constitución del nuevo ayuntamiento y el protagonismo de D. Basilio que aspiraba
a la Alcaldía y llegó a retar a duelo a algunos concejales (eso significa “enviar
los padrinos”) que lo habían insultado gravemente. En aquellos momentos era
Jefe del Partido Liberal Conservador en la capital y tenía más de 65 años. No
conocemos las circunstancias de sus últimos años ni la fecha del fallecimiento
de este ilustre hijo de Ainzón que llegó a ser Alcalde de Zaragoza.
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