También
la plaza de España congregó a numerosas personas para recibir a la comitiva
que, por la calle de Costa, hizo su entrada en la misma con el fin de proceder
a la representación de la siguiente escena, la del acto oficial de bienvenida y
la expresión del reconocimiento de rey Fernando al Justicia y los Jurados de la
ciudad.
Progresivamente
fueron accediendo a ese espacio los distintos grupos que formaban parte de la
comitiva. Damas nobles de Borja, cofradías de San Sebastián y de San Bartolomé
con sus pendones.
Seguidamente,
la comunidad de monjes de Veruela, la de religiosos franciscanos de Borja y,
tras ellos, el Justicia y los Jurados.
Venía
a continuación el séquito real con los nobles que habían acompañado a los reyes
en su viaje, al que se había incorporado mosén Juan de Coloma con su esposa.
Tras
ellos, el príncipe, las infantas, los propios monarcas y resto del séquito
quienes, tras dar la vuelta a la plaza, se situaron frente al estrado instalado
al pie de la Casa Consistorial.
Una
vez que los monarcas ocuparon sus escaños, teniendo a su izquierda a los miembros
del consejo, el Justicia de Borja pronunció unas palabras de bienvenida a las
que correspondió el rey Fernando, mostrando su contento por el recibimiento,
dando comienzo al acto que recreaba la concesión de las giras granas que les
había otorgado unos años antes y que siguen siendo el distintivo de los
actuales concejales.
Ordenó
entonces el monarca dar lectura, a su Secretario D. Juan de Coloma, del
documento de concesión de ese privilegio y que se conserva en el Archivo
Histórico Municipal de Borja. Previamente, el relator había puesto de
manifiesto la importancia del mismo pues, aunque en la actualidad todos los
concejales usan bandas rojas en la mayor parte de las localidades, son pocas
que lo fundamentan en un privilegio real.
Seguidamente,
le fue impuesta la banda o gira por el propio rey y, a continuación la
recibieron el resto de los Jurados papel que, como hemos señalado,
interpretaban los propios miembros de la actual corporación municipal.
Esta
escena finalizó con el vítor que con voz tronante lanzó el Justicia, siendo
correspondido con entusiasmo por todos los presentes.
Desde
allí y por la calle Nueva, la comitiva inició su marcha hacia la colegiata de
Santa María en cuyo pórtico iba a tener la última puesta en escena de la primera parte de
la recreación.
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