La
recreación histórica que ayer se llevó a cabo en Borja tuvo lugar en distintos emplazamientos,
en los que se fueron sucediendo las escenas programadas. La primera de ellas
fue el recibimiento a los Reyes en la puerta de San Francisco, por la que
siempre entraron los visitantes ilustres de nuestra ciudad.
Bajo
el arco esperaban el Justicia y los Jurados de la ciudad, así como los miembros
de la aljama de moros (los judíos habían sido expulsados pocos meses antes).
También se encontraba presentes los miembros de la cofradía de San Sebastián,
una de las más antiguas de Borja que, además, tiene el título de “Real” y de la
que han sido miembros algunos monarcas, entre ellos el actual rey D. Felipe VI.
Asimismo,
esperaban a los monarcas la comunidad de frailes franciscanos que, entonces,
era la única existente aquí y cuyo convento estaba precisamente en la plaza de
San Francisco, a la que dio nombre. Con ellos una representación de ciudadanos
y damas ilustres, así como numeroso público.
Un
papel relevante a lo largo de las distintas escenas corrió a cargo del “relato”,
magistralmente interpretado por D. Manuel García Cebrian quien fue explicando
lo que se iba a representar en cada momento.
Cuando
se avistó la llegada de la comitiva real por el camino de Tarazona, las
campanas de Santa Clara comenzaron a sonar, mientras los cofrades de San
Sebastián hicieron unas salvas con las antiguas armas que constituyen una de
sus características.
Mientras
tanto, el Justicia de Borja, se adelantó a recibir a los monarcas que llegaban
montados a caballo, con otros personajes de su séquito y sus hijos a bordo de
un carruaje. Fue una pena que desmontaran lejos de donde nos encontrábamos, no
pudiendo tomar imágenes de ese momento, dado que nuestra labor informativa se
vio momentáneamente afectada por las amenazas procedentes de un reino vecino.
Ya a
pie y precedidos por el pendón real, D. Fernando y Dª. Isabel fueron saludados
por el Justicia que besó las manos de los monarcas y pronunció unas palabras de
bienvenida.
Seguidamente,
les hizo entrega de su vara, siendo correspondido por ambos reyes con elogiosas
palabras con las que agradecieron ese gesto y la fidelidad demostrada por los
borjanos, tanto hacia ellos, como a sus ilustres predecesores.
Todos
ellos, junto con el príncipe D. Juan y las infantas, así como por los nobles
que les acompañaban, se incorporaron a la comitiva, atravesando el arco de San
Francisco para iniciar su recorrido por las calles de la ciudad, entre los
aplausos del público.
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