Desde San Adrián llegó de nuevo este año un pastor
con sus perros y un hato de ovejas para demostrar el adiestramiento al que son
sometidos para manejar un rebaño. Presentó, en primer lugar, un cachorro que
está todavía en fase de aprendizaje, por lo que su actuación se realizó en
torno a las ovejas encerradas en el cercado.
Después
lo hizo con un perro tan sumamente inteligente que atendía a las órdenes que le
eran impartidas, incluso en inglés. Sacaba a las ovejas, las dirigía a donde se
les mandaba y terminaba retornándolas al redil.
Pero,
la sorpresa surgió cuando las ovejas decidieron por su cuenta emprender un
paseo no previsto. Fue entonces cuando un pastor de Borja, aunque procedente de
la cara oculta del Moncayo, decidió poner en marcha el expeditivo procedimiento
de asir a una de ellas por la pata y llevarla hacia el aprisco, siendo seguida
dócilmente por todas sin necesidad de que intervinieran los perros.
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