En el
recorrido que estamos efectuando por los novenarios borjanos conservados en el
archivo del Centro de Estudios Borjanos hoy queremos detenernos, en primer
lugar, en los dedicados al Santísimo o Santo Cristo de la Parroquia, venerado
en la antigua colegiata de Santa María, devoción asociada a la de la Exaltación
de la Santa Cruz que sigue siendo, junto con la Virgen de la Peana, Patrona de
la ciudad, aunque prácticamente olvidada.
Hasta
hace unos años, la novena era una de las que congregaban mayor número de fieles
y se utilizaban los textos de este novenario impreso en 1913, en la imprenta de
Victorino Zaro. En él se incluyen también los gozos en dos versiones, los
propios de los días de la novena y los que se cantaban durante las rogativas
que, en los frecuentes tiempos de sequía, tenían como protagonista a esa
venerada imagen que se sacaba en procesión.
Como
ocurrió con todos los novenarios antiguos, en la segunda mitad del siglo XX
fueron reemplazados por otros con textos que se consideraban más propios del
momento, impresos a offset en folletos de mucha menor calidad, de los que
conservamos varios que únicamente se diferencian por el color de la portada.
Otra
gran devoción de Borja era la de la Inmaculada Concepción, pues no en vano, fue
declarada fiesta votada el 5 de
diciembre de 1650, cuando el concejo tomó el acuerdo “de defender perpetuamente
a la Inmaculada Concepción”, un dogma que no sería definido como tal hasta el 8
de diciembre de 1854, por el Papa Pío IX. Al mismo tiempo, acordaron asistir
corporativamente a la fiesta que, inicialmente, se celebraba en la colegiata de
Santa María.
De
ellos conservamos varias versiones, desde una simple hoja impresa, hasta unos
dípticos, muy sencillos y con pequeñas diferencias en el texto que, en el caso
de la hoja antes reproducida es completamente diferente.
Queremos
citar finalmente, un antiguo novenario a la Virgen de Misericordia, localizado
en un archivo privado de Borja, de cuyo hallazgo dimos cuenta en su momento. Fue
editado en 1850 en la imprenta zaragozana de Cristóbal y José María Magallón.
Salvo
este último caso, los novenarios que reseñamos son los que existen, como hemos
comentado, en nuestro archivo, aunque puede haber otros de los que, por el
momento, no hemos tenido conocimiento.
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