lunes, 6 de diciembre de 2021

Los estudiantes polacos a don José María Otero Navascués

 

         Este fin de semana nos visitaron D. Javier Otero de Navascués Domínguez y su esposa Dª. Ángeles Viada Rubio. Javier es hijo de D. José María Otero Navascués, Contralmirante Ingeniero de la Armada y uno de los más destacados científicos españoles del siglo XX. 

Alcanzó especial relieve en el ámbito civil, siendo un gran impulsor de la investigación desde su puesto de Presidente de la Junta de Energía Nuclear y de otros muchos organismos nacionales e internacionales.

Gracias a él, D. Carlos Sánchez del Río Sierra se inició en el campo de la Física Nuclear, convirtiéndose en el primer catedrático español de esta disciplina.




         Vinieron acompañados del Vicealmirante D. Ignacio Horcada Rubio que no era la primera vez que estaba en nuestra ciudad y con el que coincidimos de Valladolid con motivo del inicio de los actos conmemorativos de la primera vuelta al mundo, dado que hasta su pase a la situación de retiro fue Secretario de la Comisión del Ministerio de Defensa para la Conmemoración del V Centenario de la expedición Magallanes/Elcano.


         Tuvieron especial interés en visitar la exposición que sobre el levantamiento de Varsovia se encuentra instalada en la Casa de Aguilar, dada la relación que tuvieron con Dª. Lilliana Skorel y D. Javier nos hizo entrega de esta imagen de un pergamino que los estudiantes polacos entregaron a su padre, en 1954.

         D. José María Otero Navascués fue el Presidente de la Obra Católica de Asistencia Universitaria, un organismo dependiente de Pax Romana, merced al cual pudieron estudiar en España muchos jóvenes huidos de los países que habían quedado bajo la dominación soviética.


         El Gobierno español creo para este fin el Colegio Mayor Santiago Apóstol que encomendó a la citada Obra Católica. Situado en la calle Donoso Cortés, allí residieron muchos de los estudiantes refugiados en España, entre los que se encontraban ese grupo de polacos que firmaban el diploma cuyo texto era el siguiente:

         “En el Año de Gracia 1954, doblemente Año Santo por Compostelano y Mariano, los estudiantes polacos acogidos por la Obra Católica Universitaria ofrecen a su querido Presidente Excmo. Sr. D. José María Otero de Navascués, en el décimo año de la terrible y cada vez más pavorosa persecución religiosa en su esclavizada patria, la expresión de su homenaje con motivo del solemne día de su Patrono San José y en prueba de sincera gratitud y adhesión, así como con la más cordial admiración, rogando al Señor Todopoderoso que le bendiga en todas sus obras como a fiel luchador suyo por la victoria definitiva de Su Santa Iglesia”.


         Pero, entre los centenares de becarios que allí residieron, como lo recuerda la placa colocada en la fachada con ocasión del L aniversario de la fundación del colegio, había también jóvenes ucranianos, lo que dio lugar a un grave problema con los polacos, pues mientras estos últimos habían luchado contra los alemanes, los ucranianos habían combatido en sus filas. Zanjó la cuestión el representante del gobierno polaco en el exilio (reconocido por España durante un largo período) invitando a ambos grupos de estudiantes a un cóctel en el que “sellaron la paz”.






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