In memoriam. Maribel Ximénez Gómez

 

         Día triste el de ayer, pues también conocimos el fallecimiento, el día anterior, de la artista borjana Maribel Ximénez Gómez, hija del que fuera colaborador y fundador del Centro D. Juan Manuel Jiménez Andía.

         Nacida en Borja, en 1944, fue una pintora autodidacta que se dio a conocer, en 1963, en una exposición celebrada en el Grupo Escolar. Carlos Bustillo recordaba más tarde aquella exposición y la obra “El castillo de Trasmoz” que firmaba una jovencísima Maribel de “largos y muy cuidados cabellos, casi dorados, que intentaban encerrar unos ojillos de mirada incisiva”. A partir de ese momentos, inició una dura trayectoria personal en la que hizo gala de una gran valentía y fuerza interior, plenamente reflejada en su pintura, en la que los paisajes de su primera época, dieron paso a un abstraccionismo, pleno de color que mostraba con fuerza el nervio y el empuje de una mujer que, sin embargo, no podía desprenderse de la ternura y sensibilidad, heredadas de su madre, ni del amor a su tierra natal que le inculcó su padre, el cual estuvo siempre a su lado en los inicios de su carrera artística.

        Una carrera que le llevó a tierras centroamericanas, donde fue profesora de la Escuela Superior de Bellas Artes de Tegucigalpa. Allí coincidimos con ella y nos habló de sus exposiciones en distintas ciudades del continente americano.

         Regresó a España en 1997, iniciando una nueva etapa de su vida. Aquí se sucedieron las exposiciones, entre las que tuvo especial relevancia la antológica que presentó, en 1998, en Palacio de Sástago con el lema “Tres décadas de pintura”.

         En Zaragoza ejerció la docencia y la Sala “Maribel Ximénez” fue cauce de expresión para jóvenes artistas y la Asociación Cultural Tejaron, creada por ella, un marco singular para despertar inquietudes.

         La última vez que la vimos en Borja fue a la puerta de la Casa de Aguilar, en 2016, durante una representación del Grupo de Teatro Helikon. La acompañaba Dª. Gloria Teresa García Blanc que, en años posteriores, nos mantuvo al tanto de su estado físico que, poco a poco, fue deteriorándose.

         En el Centro de Estudios Borjanos conservamos una vista de Borja, de su primera época, que nos donó su padre y, recientemente, otra vista de Magallón de la misma etapa despertó interés en las redes y nos puso en contacto con su propietario.

         Descanse en paz, esta pintora borjana que era la mayor de otros dos hermanos, Juan Manuel y Joaquín, ambos fallecidos con anterioridad.