El informe peñón que hoy domina nuestra ciudad ofrece la
dificultad de imaginar cómo era en el pasado el castillo de Borja que, en
realidad, estaba delimitado por las murallas del Cinto, conformando una
poderosa ciudadela en el centro de la cual se alzaba esa mole, revestida de
sillares.
En realidad, disponemos de poca información sobre sus
características. De ahí el interés que ofrecen algunos documentos antiguos,
como los que acabamos de localizar en el Archivo de la Corona de Aragón,
gracias a la facilidad que ofrece la digitalización de algunos de sus fondos.
Uno de ellos es el documento por el que Pedro IV el
Ceremonioso encomienda la tenencia de dicho castillo a Miguel Pérez de Zapata,
consejero del monarca. Está datado en 1343, poco antes del inicio de la Guerra
de los dos Pedros y, aunque se trata de un personaje conocido que fue
viceprocurador del reino y participó en el citado conflicto al frente de una compañía,
no conocíamos su vinculación con nuestra ciudad.
El otro documento es mucho más interesante, dado que se
trata de un cuadernillo de 30 folios en el que se detallan las obras realizadas
en el castillo por Juan Pérez de Burdiel y Pedro Ximénez de Samper, entre 1358
y 1359, cumpliendo la orden de Pedro IV para que fuera reforzado ante la
situación provocada por la guerra.
Entre ellas se hace mención expresa a las reparaciones
efectuadas en las casas y aljibes del castillo de Borja. El documento se encuentra
bastante deteriorado pero esperamos que su transcripción, por parte de nuestros
paleógrafos, pueda ofrecernos nuevos datos que contribuyan al mejor
conocimiento de esta fortificación.
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