Aprovechando la llegada de nuevos reporteros, el sábado
estuvimos en una de las “Noches de Verano” del Museo de la Colegiata. Cuando al
acceder a él uno de los miembros del “Equipo T” se nos acercó con un extraño
artilugio creímos, en un primer momento, que iba a someternos a una trepanación
frontal o a un sistema de indagación de nuestros pensamientos, algo propio de
la “nueva normalidad”. Afortunadamente era un medidor de temperatura con el
que, tras comprobar que estábamos tan frescos como la noche, nos permitieron el
acceso, colocándonos la correspondiente mascarilla.
Mereció la pena para constatar la gran acogida que estas
visitas nocturnas tienen. Había muchas personas y quienes no la habían visto,
se quedaron sorprendidos por la calidad de los vídeos que, aquí y en el Museo
Arqueológico, han sido instalados. Nos comentaban que deberían gozar de mayor
difusión en las redes sociales, dado que pueden convertirse en un poderoso
instrumento para dar a conocer nuestros museos.
Al término del recorrido y en la terraza del museo, decorada
con plantas, luces y unos carteles muy bonitos, los miembros del Equipo
ofrecían una copa de vino Borsao y refrescos, junto con aperitivos y pastas.
En suma, una iniciativa importante la del M. I. Ayuntamiento
para contribuir a un mejor conocimiento de este valioso recurso turístico,
tanto entre quienes nos visitan, como entre los propios ciudadanos. Unos y
otros se fotografiaban ante esa espectacular vista de las torres iluminadas de
Santa María que se contempla desde la terraza.
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