sábado, 25 de julio de 2020

Patente de Ispica muy interesante


         Estos días en los que el control de los viajeros que llegan a España está rodeado de polémica, debido a la ineficacia de las medidas adoptadas, resulta llamativo que las adoptadas en el pasado fueran mucho mejores.

         El mejor ejemplo de ello lo constituye una Patente de Sanidad, dada a conocer por el Dr. D. Antonio Gil Albarracín. Fue expedida en 1771, en la ciudad de Ispica (Italia) y en ella se incluye una relación nominal de todos los miembros de la dotación y pasajeros que viajaban a bordo del buque para el que fue expedida, declarando que están libres de contagio. A la vista de ello, parece razonable que los viajeros que, ahora, se desplazan de uno a otro país, llevaran un certificado que acreditara que se habían efectuado las pruebas de detección correspondientes, con resultado negativo.




         La actual Ispica es una localidad situada al sur de la isla de Sicilia que, en la antigüedad, se llamó Hyspicaefundus y, en el siglo XVIII, era denominada Spaccaforno, nombre que aparece en la patente.

         Aunque el casco urbano está alejado del mar, el término municipal cuenta con diez kilómetros de costa, con un importante centro turístico y un puerto deportivo.



         La patente lleva en su parte superior representaciones de la Inmaculada Concepción, en el centro, y a su lado San Bartolomé, fácilmente identificable por el cuchillo y la piel que lleva en sus manos, y Santa Rosalía de Palermo que es considerada especialmente protectora contra la peste y otras enfermedades infectocontagiosas, por una curiosa razón que merece un comentario aparte.

         Bajo la Inmaculada, están grabadas las armas de la familia Statella, señores de la población. El Prof. Gil Albarracín, señala acertadamente que las del primer cuartel son las propias de la familia: dos torres y dos alabardas, mientras que afirma no poder identificar las de los otros tres cuarteles.




         Ello ha despertado nuestro interés y, tras una búsqueda algo complicada, las hemos encontrado en la basílica de Santa María Maggiore de Ispica. Se trata del “escudo grande” utilizado por Francesco María Statella Gaetani, señor de la ciudad en esos momentos, que por cierto murió en Madrid, en la corte de Carlos III.
         Según una descripción, las armas del segundo cuartel corresponden a las de su esposa (lo que no tenemos claro), mientras que las del tercero son las de los Becadelli de Bolonia (su abuela materna), aunque prescindiendo de las de Aragón-Sicilia que habían llevado en el cuartel superior, dejando únicamente las tres garras de águila del inferior; y las del cuarto las de los Gaetani (su abuelo materno).

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